Cada tanto deambulo por
caminos intransitados por mí. Es reconfortante la sensación de descubrimiento
que a cada momento se presenta ante mis ojos. Mis presentimientos rara vez se
confirman.
Inmerso en tal aventura
descuido obligaciones, asumo inconscientes riesgos por ello.
Se que nunca viajo
solo.
Al suspender cada
pequeña travesía, aún sin llegar al final, me embargan deseos incontenibles de
proseguir. Ansioso, deseo retomar la acción cuanto antes.
Llego satisfecho. A
veces feliz, siempre más sabio.
Leo.
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