Solemos
estar rodeados de personajes con ciertas aptitudes artísticas o intelectuales,
pero con limitaciones. Y existe la posibilidad cierta de que podamos ser uno más
entre ellos.
Nos
pesa el saber que, por más que lo intentemos, nunca podremos alcanzar un nivel
superlativo en nuestros quehaceres.
Solemos
apreciar lo que otros hacen y lo hacemos con total honestidad, sin ninguna falsedad;
pero, a sabiendas de que siempre les faltará algo, ese detalle que lo haría perfecto.
Un
médico que se equivocará, un ingeniero que errará en algún detalle sus diseños,
un pintor que no descubrirá como lograr el cuadro perfecto, un músico que le
errará a alguna nota, o bien alguien al que le faltará audacia para innovar, poblarán
siempre nuestro entorno.
Si
observamos con detenimiento a nuestro alrededor, hallaremos los defectos
constructivos de cualquier objeto, algo que haría las delicias de un neurótico.
Pese
a todo ello, nuestra valoración estará dirigida hacia la capacidad de haber
intentado hacerlo, aun cuando su resultado resultase fallido o imperfecto; al igual que
como sucede con los intentos de un niño.
Somos
modestos, nos complacemos con lo posible.
Quizás,
valoremos las cosas de este modo sólo como un acto de autocomplacencia, ante la
certeza de nuestras propias fallas.
Un tema complejo, Arturo.
ResponderEliminarCreo que si la persona tiene un poco de sentido común, se da cuenta de sus propias limitaciones, pues hay gente que ya viene mal de base, esto es, que jamás lograría entrever qué está haciendo mal.
A partir del reconocimiento de las imperfecciones se puede avanzar.
En relación con el concepto de mediocridad, es bastante difícil opinar, pero yo creo que existe mucha gente que no lo es y no anda mostrándolo... o, por el contrario, gente que lo es y, sin embargo, se cree Apolo, el que hiere de lejos.
En fin, hacia bastante que no venía, te pido disculpas.
Un abrazo.
HD
Humberto:
EliminarHay quien se cree un as, porque está rodeado de varios cuatro de copas.
La medida de nuestra capacidad surge de compararla con el entorno donde nos hallamos. Aunque, desde un pensamiento lógico, tal modelo carece de significado, pues nada nos garantiza que ese ámbito sea representativo del todo.
Concuerdo con que el concepto de perfección estará limitado a la capacidad y filosofía de quien evalúa tal calificativo.
La prueba más evidente de nuestra imperfección es la idea generalizada de la existencia de divinidades perfectas, ídolos que satisfarían nuestro sentimiento de falla interior.
Un abrazo.
Muy buena reflexión, Arturo.
ResponderEliminarQuizá en esa imperfección está el aliciente, ¿no? Y en la búsqueda de nuestros límites, una búsqueda llena de decepciones y tremendas sorpresas.
Ahora mi cerebro empezará a echar humo, gracias a ti, amigo.
Otro detalle de talento que nos dejas.
Un abrazo.
Fernando:
EliminarMil gracias por tus palabras. Y por favor, no vayas a quemar ninguna neurona por mi culpa.
Hay quien se cree un as, pero sucede que está rodeado de varios cuatro de copas.
Para determinar nuestro nivel, nos comparamos con quienes forman nuestro entorno. Esto no garantiza que estemos frente a una muestra representativa del todo y por ello, tal ejercicio carece de validez.
Según me comentaron unas profesionales de la salud, el mayor potencial cognitivo se alcanza a la edad de veintiséis años; luego, al decaer, la pérdida se disimula mediante el aporte de la experiencia.
La verdad es que no sabremos -en su momento- si hemos aprovechado esa capacidad transitoria, ni si después desarrollamos la experiencia al máximo.
El nombre de este blog refiere a estas cuestiones, aunque se matiza con cuentos y anécdotas; herramientas que espero ayuden a pensar en qué lugar de la imperfección se encuentran los personajes.
Y por cuanto el tema nos incluye, la duda en este campo, nos acompañará toda la vida.
Un fuerte abrazo, amigo.
Arturo..." Nuestro mundo de ....."
ResponderEliminarNo debemos considerarnos mediocres,llegado a un punto de nuestra vida, somos lo que hemos querido ser... no debemos sentirnos inferiores a los demàs, puede ser en lo material pero no en lo espiritual.
Si somos personas honestas...debemos caminar por el mundo con la frente bien alta...
Los que se creen superiores, allà ellos...saben que no lo son, tratan de hacerlo creer a los demàs.
Mi mamà me decìa..." Si no te alabàs sola quedas cola "
¡¡¡ Interesante nota !!!
un beso
Doris Dolly:
EliminarEn mi opinión, no sabemos lo que somos; lo único que percibimos son aquellas cuestiones de las que tenemos conciencia: las que pretendemos manejar.
Comparar carece de sentido, ya que las capacidades se desarrollarán de acuerdo a la necesidad de cada uno.
Somos seres singulares, lo que quiere decir, distintos. Nuestras capacidades deberán serlo, también.
Eso habla de dones y carencias, por lo que comparar a dos seres diferentes (peras y manzanas) carece de sentido. A mí podrían gustarme las peras y a vos las manzanas, ¿podemos decir que alguna fruta es mejor que la otra?
Si no podemos con las frutas, ¿cómo hacerlo con las personas?
Ninguno es perfecto, lo que no quiere decir que -por tal razón- se deje de ser aceptable.
Besos.
Hola Arrturo, yo creo que la perfección no existe y el que se crea perfecto esta muy equivocado, lo bueno es reconocer los limites que tenemos cada uno y no darnos de saber hacer cosas cuando no es cierto.
ResponderEliminarEstas personas que se las dan de dioses y en realidad son los mas mediocres no las soporto, creo que ir con humildad y respeto en la vida es lo mas importante y aun sabiendo mas que los que te rodean, lo mas bonito es no dárselo a entender para que no se sientan inferiores, es mi forma de pensar:)
Que pases un buen fin de semana.
Besos.
Piruja:
EliminarTu comentario expresa por completo lo que es mi pensamiento.
En la medida en que tengamos esa actitud humilde, seremos mejores personas, sin dudas.
De los demás, mejor ni hablar.
Por último, yo también te deseo un buen fin de semana.
Besos.
Hola Arturo
ResponderEliminarMuy buen post, una reflexión diferente de los relatos anteriores. Acá incluyes aspectos filosóficos-psicológicos-antropológicos que hacen la base que nuestro comportamiento y forma singular de pensar y actuar. Cada uno somos un modelo único, y depende de tantos factores desde el momento mismo de la concepción hasta siempre...el moldeamiento y luego el declive siempre dependen de lo que es en si mismo el cuerpo-alma-espíritu inmerso en su ambiente-historia.
Buen tema para seguir elucubrando ...
Buen fin de semana
Un abrazo cálido
Genessis:
EliminarDentro de mis escritos, estas elucubraciones tienen su gran espacio.
Pero, como toda idea de generación propia (en otras palabras, aprendida por observación y reflexión), requiere ser revisada y -eventualmente- puede ser desechada.
No se trata de pensamientos elevados, más bien creo que responden a las inquietudes que cualquiera se hace en la vida; solo que escribirlas resulta ser una tarea ardua y difícil.
También te deseo un fin de semana bueno.
Somos seres imperfectos pero el que levanta el dedito mediocre para acusar imperfecciones en el otro con la sola satisfacción Mirá ese lo que hace y es médico / pintor, ingeniero / músico, como decís por aquí, ese ese vino fallado de fábrica o no entendió nada. Como leí por algún lado esta semana: Si crees que estás rodeado sólo por gente pel... atenti! es muy probable que el pel... seas vos.
ResponderEliminarOpinar sobre todo y todos está de moda. Abrazo grande, maestro!
Sandra:
EliminarPor la misma razón que digo que nadie es perfecto, probablemente esa gente tenga razón en sus apreciaciones, el problema es que lo motiva la envidia.
Lo que me hace pensar que no debe ser mejor que a quien alude.
Por otra parte, vos sabés acerca de la falacia "ad hominem": si tomásemos en cuenta nuestra imperfección intrínseca, todo en este mundo es una impostura.
Abrazos, Se.
Quizás sea como dices, quizás simplemente somos benévolos ante el resultado porque valoramos el esfuerzo ¿no?
ResponderEliminarUn beso
Pilar:
EliminarEn el fondo, lo que quise decir es que "no se pueden pedir peras al olmo", como dice el dicho.
Por allí anda un pequeño texto mío que dice:
"El caos y la desorganización son una prueba elocuente de la libertad.
Vivimos quejándonos de las penurias que nos ocasiona la disfuncionalidad de las instituciones de nuestra sociedad.
Roguemos no presenciar el día en que se logre un orden perfecto, pues eso significará que estamos esclavizados."
Es de sabios tolerar un mundo imperfecto.
Besos.
Arturo, que duro lo que dices, yo me creía un as y ahora al compararme contigo resulta que soy cuatro de copas, creo que dejaré de escribir.
ResponderEliminarUn abrazo amigo.
Luis:
EliminarEn realidad serías -al menos- un dos, o quizás un tres de oros de la baraja, que para jugar al truco siempre viene muy bien. Y yo... creo que te empardo.
Aunque depende del juego que consideremos, si es a la escoba de quince, la misma carta representa otro valor. Todo es relativo: si hablamos de termodinámica, a Messi lo humillo, pero que no se me ocurra jugar al fútbol contra él.
Un gran abrazo, amigo rosarino.
Arturo, me confieso absolutamente neurótica... siempre buscando la inexistente perfección... y eso lleva consigo frustración.
ResponderEliminarUna prueba de ello la apreciarás en mis constantes cambios de apariencia del blog, al que nunca hallo satisfactorio en ese aspecto porque siempre podría estar mejor.
Eso tan simple y banal es en realidad mi esencia, la búsqueda continua.
No obstante, hay que reconocer que quienes llegan a grandes logros, si bien son neuróticos, porque el neurótico es un ser muy detallista y creativo, también son constantes... característica de la que soy consciente, a veces carezco.
Estas personas, increíbles a mi juicio, luchan con sus limitaciones y logran trascender...
La mediocridad puede tomarse desde dos enfoques: como punto de partida o como consuelo.
Prefiero sin dudas el primero.
Besos al alma.
Paula:
EliminarTe puedo asegurar que cuando cuentes con mis años, tomarás conciencia del gran camino que has recorrido.
Lo que mencionas de la inconstancia puede referirse a dos situaciones completamente diferentes: la primera sería la de aquel que ya calmó su curiosidad y, satisfecho con lo alcanzado, deja de hacer lo que hacía. La otra aplica al frustrado, que abandona sin lograr lo deseado. Además, si alguien pretende alcanzar una meta, no es necesario perpetuarse en ese objetivo luego de alcanzarlo.
La mediocridad se presenta en diferentes grados, por lo que siempre podremos mejorar, aunque jamás lleguemos a la perfección.
Besos.
Arturito, si supieras que mi obsesión por la perfección arruina mi vida al punto de anularme si algo no es absolutamente perfecto (cosa que no existe), entonces podrías darte cuenta de cuánto entiendo tu post, cuánto me llega lo que escribiste porque lo plasmaste de manera excelente.
EliminarMi inconstancia en muchos campos se debe a la manía de perfección y al detalle que me persiguen... como dije soy neurótica... y si bien muchas veces eso ayuda a que las cosas que hago sean buenas, por el contrario, muchas otras veces, acabo abandonando algo por no encontrarlo jamás, pero jamás de acuerdo a mis deseos maniáticos...
Besos de una esclava del detalle (a tal punto que a veces me dan ganas de eliminar mi blog porque no es tal cual yo quisiera que fuera... si es que sé cómo quisiera que fuera)
Paula:
EliminarQuizás no te has dado cuenta de la belleza interna que regalas a través de tus escritos y poesías.
No te olvides que el blog es solo una herramienta, no es un fin en sí mismo.
Solo tiene el valor de poder comunicar -a mucha gente- aquello que sientes o piensas y deseas se sepa.
Es difícil que encuentres otro lugar donde te puedas expresar con total sinceridad y encuentres gente que te escuche y comprenda.
Sobre la manía de la perfección y el orden he escrito "Prolijín", una historia extraña que -creo- deja una enseñanza. En cuanto la encuentre, entre el revoltijo de papeles, la publico (es una broma).
Te envío un beso.
Ola Arturo,realmente este tema que a principio parece ser simples,na realidade é bem complicadinho.A mediocridade anda solta mundo afora,e não é notada por muita,muita gente.Veja por exemplo a musica aqui em nosso pais,está de ultima categoria ao meu ver,as letras das canções então chega a beirar o absurdo;no entanto multidões cantam acompanhando seus ídolos que não passam de um ultraje ao mundo artístico.È como dizes ,que fazer com as pessoas se nem com frutas podemos fazer?.Bom fim de semana meu caro amigo e meu grande abraço.
ResponderEliminarSuzane:
EliminarMuito obrigado pelo seu comentário.
Para você que gosta de música bem feita e letras bonitas, vulgaridade incomodá-lo muito hoje. Ela reflete o atual declínio, que se aplica à cultura em geral.
Parece que a busca pela melhoria é um crime, é melhor ser ignorante, um bárbaro.
Felizmente para mim, ainda há pessoas sensatas e cultas, que eu também posso ler e leio os textos na blogosfera.
Um abraço para o meu artista favorita.
La perfección no es que sea un Don en muchas profesiones debe ser una exigencia que la persona domine el área que le corresponda.
ResponderEliminarTenemos muchos caso de perfección como tantos otros de imperfección,en unos ves como el cirujano que domina todos los parámetros de una operación sale airoso y salva una vida,en los otros ves con horror como el cohete que se mando a la Luna exploto dejando dolor y lágrimas.Si podemos hablar de gente que llega a dominar su profesión a la perfección.
Saludos
José:
EliminarSi hablamos de medicina o de ingeniería, dos disciplinas que tienen mucho en común en lo referente a su lógica de trabajo, pues utilizan protocolos y normas aprobadas, puedo asegurar que el éxito, o el fracaso, es solo el resultado de un valor probabilístico.
En la tecnología se admite un error admisible en todas las mediciones; de hecho, se acepta una medición cuando se repite un valor dos veces seguidas (¿por qué no tres, o cuatro, o miles de veces consecutivas?). A partir de esos datos que se dan por ciertos, repito: que se dan por ciertos, es que se los emplea en las fórmulas de los cálculos. El error ya está presente y es independiente del mal o buen profesional.
A un médico le sucede lo mismo cuando recibe un análisis de laboratorio: los valores son aceptados por convención, es decir que no son necesariamente los verdaderos. Tampoco los remedios tienen exactamente la misma cantidad de droga en cada preparado, ni los organismos reaccionan igual a la medicación. En estos temas, como en el caso previo, el médico no tiene injerencia.
Baso estas afirmaciones en la experiencia de mis treinta y tres años de ingeniero y -lamentablemente- más de veinte como paciente.
A la incertidumbre precedente, le deberemos sumar el error humano, que sí dependerá de la capacidad y de los conocimientos de cada profesional.
No hace mucho leí la historia de un Premio Nobel, el Dr. Houssay, sin dudas un ejemplo de profesionalismo y ética; en ella, quien mostraba sus excelentes cualidades, el Dr. Cereijido, no dejaba escapar sus errores.
Un gran abrazo.
A mí ,con 18 años me dijeron que el secreto de la felicidad estaba en en ser consciente de mis alcances y mis limitaciones.
ResponderEliminarHa llovido mucho desde entonces, pero cada día agradezco más la lección.
Besazo
Dolega:
EliminarEl único problema del concepto de alcanzar nuestro mayor potencial reside en que tal logro nos obliga a trabajar siempre sobre la base del acierto y del error.
Eso hace que -por lo menos- en la mitad de nuestros intentos de mejora nos encontremos con una decepción, que es la que se hace notar, ya que un éxito pasa desapercibido, como cosa normal. Por desgracia, los errores no siempre se manifiestan evidentes.
Así proseguiremos con nuestros intentos fallidos, hasta estar persuadidos de que llegamos a nuestro tope en ese campo.
Antes de aceptar nuestro límite, habremos de intentar por repetidas veces el alcanzar esa meta; con la carga emocional de tantos fracasos. Para explicarlo con claridad, para alcanzar un determinado objetivo, probaremos diferentes caminos, lo que multiplicará las decepciones. Tener alguien inteligente y experimentado al lado nuestro será de gran ayuda, pues llenará esos vacíos, que de otra manera habríamos tenido que descubrir por nosotros mismos.
Solo aceptaremos nuestro límite cuando nos demos por vencidos, algo que para la gente inquieta es difícil de aceptar. El consejo es válido, pero el momento de aceptarlo es una incógnita.
Un beso.
Creer que lo que se ha hecho es perfecto y que no puede ser mejorado equivale a decir "hasta aquí he llegado". La perfección no tiene remedio. Y lo que no tiene remedio no acapara nuestra atención. Quizá por ello me gusten las imperfecciones. Ellas acaparan toda mi atención y en ellas aplico todo mi esfuerzo.
ResponderEliminarBesossss.
Aniki:
EliminarQuiero que sientas que eres bienvenida, al igual que tu comentario, como es norma en este espacio.
Respecto a lo de perfección, antes de saber si hemos llegado a ella, es necesario saber si el objetivo a alcanzar era en sí mismo algo perfecto.
Si el objetivo era fallar hasta en noventa y nueve ocasiones antes de lograr la meta; pues, ¿cuál sería la perfección? Si acierto al intento cien (luego de noventa y nueve fracasos) o si acierto al primer intento. Sin dudas que el segundo caso es el más efectivo, pero de acuerdo a la formulación del significado de la perfección lo sería el primero...
Según lo que dices, lo que acapara tu atención se centra en el progreso y a él dedicas tus mejores esfuerzos. Coincido en un todo con tal premisa. Y como ejemplo, valga comentar algo autorreferencial: cuando mi madre me avisó que debía iniciar el segundo curso de la escuela primaria, le respondí que no tenía el menor deseo de hacerlo, pues "ya sé todo lo que se debe saber". Obvio, a mis siete años con leer, escribir, contar, sumar y restar, me alcanzaba para mis necesidades de entonces.
De modo que nuestra idea de la perfección estará asociada a nuestras necesidades. La abstracción del término "perfecto", en cambio, ya es parte de un ejercicio intelectual.
Besos.
Arturo, existe un refrán español que indica que "quien hace lo que puede, no está obligado a más". Creo que lleva razón, pues con la intención y la diligencia de la que se es capaz, se intenta, aunque no se llegue. Lo terrible es creerse un dios con un resultado ínfimo. Pero, claro, todo depende de la vara de medir, que alguien puede ser mediocre en un ambiente y sublime en otro.
ResponderEliminarMuy interesante lo que planteas, da para charlar largo y tendido.
Un abrazo.
Isabel:
EliminarEl haber logrado algo que nos pareció perfecto, ineludiblemente choca con el descubrimiento posterior de que estábamos equivocados. Algún día tardío, nos daremos cuenta de que lo podríamos haber hecho mejor.
Me pasa siempre. Cada vez que corrijo un texto se pone en evidencia esta aseveración. ¿No te pasa lo mismo?
Nuestra formación forma la parte sustancial en el desarrollo de nuestras potencialidades. Una vez consumados los errores de aprendizaje, será difícil remediarlos y evitar limitaciones que -de otra manera- podríamos haber obviado.
Tienes mucha razón, es un tema que excede el alcance de un blog.
Un sincero abrazo.
Arturo, luego de leerte y de ver la imagen con que acompañás a tu entrada, me cuestiono: tal vez no somos malos clavos, sino que nos metemos con maderas muy duras :))
ResponderEliminarMuy buena tu reflexión. Y creo que da para discutir mucho más.
Siempre me esfuerzo en lograr el máximo de mis capacidades. Eso me conforma a medias y generalmente vuelo a corregir la mayoría de lo que escribo. Y a veces lo empeoro, si se puede.
Creo que en la búsqueda, y no en el resultado, está el ideal.
¡Un gran abrazo!
Sergio:
EliminarConozco a gente (entre la que me podría incluir) que se mete sola en camisa de once varas.
Sin medir las conseguencias nos ponemos a desarrollar tareas para las que no estamos capacitados. Nos lleva la curiosidad, el desafío, la inconsciencia, no lo sé; al final, terminamos peor de lo que empezamos.
Mi primer reloj, duró un suspiro: yo tendría ocho años y ya en la escuela descubrí cómo hacer para sacarle la tapa posterior. Allí comencé a toquetear las rueditas y a variar la tensión del resorte antagónico del volante; más tarde, como atrasaba mucho, o adelantaba a lo loco, me empecé a meter con la cuerda. También le saqué la tapa con el vidrio y manipulaba las agujas.
No me habrá durado ni una semana el pobre reloj...
Pensaron que porque había aprendido a leer la hora de inmediato, ya necesitaba un reloj.
No cabe dudas que yo buscaba el conocimiento, pero los platos rotos los pagó el regalo que me hicieron.
Un abrazo.
Arturo ...tengo un texto preparado, que habla de "mediocridad". Creo que precisamente lo titulé Microrrelato Mediocre.
ResponderEliminarLo publicaré enseguida ¡en cuanto pueda! y es otra visión de lo que también puede considerarse mediocridad.
Por lo demás...completamente de acuerdo.
Un abrazo
Laura:
EliminarYa publiqué tu blog: "De mis palabras y las vuestras" en los blogs recomendados, de modo que podré leer tu texto en cuanto lo subas.
Un abrazo.
ARTURO tus relatos, y tus comentarios me dejan grandes enseñanzas
ResponderEliminargracias !!!
Meryross:
EliminarEl agradecido soy yo. Al notar tu interés por leer mis observaciones sobre este mundo que nos rodea.
Para mí siempre ha sido un placer el que la gente me escuche cuando argumento; más aun cuando veo que son jóvenes que podrán sacar mayor provecho de ellas.
No me creo una persona muy sabia, pero siempre he tratado de no ser un tonto.
Al igual que un niño que nos sorprende con sus razonamientos insólitos; nosotros también efectuamos la misma mecánica de razonamiento que ellos; lo que hace la diferencia es que contamos con un caudal mayor de datos, que nos ubican en los contextos de mejor manera que un niño.
Al final, el cerebro utiliza maneras similares lógicas de procesar información.
Un beso.