Imagen tomada de la red |
Aquella otra tarde, en el café, estaban reunidos
todos los muchachos. Bueno, faltaba el Eugenio, a quien el gallego le había prohibido
la entrada al local.
Tras recibirlo con un castañazo, que le dejó el oído
silbando, el Manolo le advirtió:
-Osté nu entra más aquí: por pata e’ lana.
¡Cajomendéus!
-Y no hubo caso, el gallego no quiso escuchar razones:
de que no era cierto, de que no le gustaban los bigotes de la Ramona (eso no ayudó mucho), de que era solo una broma, etcétera.
Así que, a partir de ese día, el Eugenio quedó exiliado.
La charla estaba bien aburrida, hasta que el Néstor, el bibliotecario (el culto del
grupo), dispara:
-Hoy cualquiera puede simular ser un erudito.
-¿Qué lo qué? –preguntó el cordobés Beto.
-Digo que, gracias a la informática, cualquiera puede
simular saber mucho y ser todo un ignorante.
-¿Y cómo?, –dijo el Nito.
-Muy fácil: mediante un buscador se hallan frases
célebres, referidas a una palabra que has determinado previamente; luego, es
cuestión de elegir el pensamiento más cercano a tu idea y, como último paso,
solo hay que agregar la frase y el nombre del autor a un texto propio; así, con
falsa naturalidad y casi como al descuido.
-Pe-pero eso es es una cha-chantada, -se indignó
el Metralleta Gómez.
-Es lo mismo que hacés vos, Tucho. Escuchás un
chiste y lo contás como si fuera tuyo, para darte dique. –Acusó el Nito.
-Peor sos vos, Nito; nos mentís grandes proezas y resulta
que las sacaste de las revistas eróticas baratas. El otro día leí tu “aventura”
con la Rosita y era la misma historia de una tal Blondie con un negro de dos
metros. ¡Fanfarrón! -Lo descubrió el borrachín Tomás, que ya cargaba tres
ginebritas encima.
-¡Con razón la Rosita me sacudió un sopapo tremendo cuando
la encaré!, -se lamentaba el “Choclo” Rodríguez, así apodado por tener la cara
llena de granos.
Ya el tono de la discusión iba in crescendo. Entonces, el gordo Toto, le dice al Manolo, que estaba
apoyado sobre el respaldar de la silla de Tucho:
-Gayego, dame una porción de torta ricota… ¡No,
dejá!, mejor la busco yo.
-Y se encaminó hacia el mostrador, levantó la
campana de cristal bajo la que estaba guardada la última porción y la puso sobre
un plato de postre. Lentamente, volvía a su lugar en la mesa, para apoyar el
plato en la mesa cuando, no sé si le tembló el pulso, o quiso acomodarse en la
silla sin apoyar su tesoro, o pretendió esquivar los aspavientos del Nito, o
qué; pero la porción se resbaló del plato y cayó de lleno dentro de la taza con
el café con leche. Se le salpicó la camisa, incluso.
Mientras el gordo Toto se quedaba con la vista fija
en el desastre, todos disparamos hacia afuera del local, incluso el Manolo,
pues ya sabemos que el gordo Toto se enoja mal y actúa a lo bestia.
Entonces, atisbamos hacia adentro…
Y él lloraba, como un niño.
¡Pero qué ternura para terminar un relato hilarante! Los personajes, tan reales, el ambiente y su atmósfera tan bien descritos, nos dejan entrever el mundo de la gente corriente. Corriente pero observadora de su cotidianeidad... Gracias, Arturo, por las sonrisas y las carcajadas.
ResponderEliminarAurora:
EliminarEn verdad, todo el ejercicio en sí es para pasar un momento de buen humor, mientras desenmascaro a esos impostores baratos que tanto molestan con sus falsos conocimientos.
Te agradezco el comentario, tan generoso.
Un gran abrazo.
Los gigantes lloran más de lo que se supone.
ResponderEliminarBello cierre.
Beso grande!
San Montelpare
Sandra:
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Por lo general, los grandotes tienen un gran corazón.
Un beso.
Buenísimo lo de llamarle metralleta al tartamudo, jaja.
ResponderEliminarY ¡qué envidia! de la tarta, igual la hago este fin de semana. ¿Por qué todo lo que está bueno es pecado o engorda?.
Besos
María:
EliminarLa tarta de ricota es uno de los postres que más me agrada.
El mejor lugar para comprarlo es la Pizzería El Forrtín, de Lope de Vega y Álvarez Jonte, en esta capital.
De joven, daba cuenta de varias porciones de ella junto al desayuno o la merienda...
Besos.
Si me acuerdo perfectamente de la torta de ricota, además me gustaba bastante.
ResponderEliminarEs verdad lo que dices en Facebook la gente se dedica a colgar frases celebres de grandes pensadores dando a entender que lo que sienten, cuando en verdad en esta época esas frases son una verdadera utopía.
Saludos
José:
EliminarLa tarta de ricota es un clásico gastronómico en cafés, bares y restoranes. De hecho suele acompañarse con un café doble, o con otra infusión; por lo general, se come en desayuno y en merienda. También hacen una similar, para golosos incorregibles, pero hecha con relleno de dulce de leche repostero.
Es una moda publicar frases célebres. Y ya sabemos que de buenas intenciones está tapizado el camino al infierno...
Saludos cordiales.
Recordemos que éstas reuniones del café tienen mucho de cementerio de elefantes. Aquel sitio a donde peregrinan los elefantes para prepararse a bien morir. Aunque en el humano tiene agregado el drama de que ahí fuga de su soledad, ahí encuentra oídos dispuestos a escuchar su voz; y principalmente ahí la pule para que resulte más atractiva,más interesante, más chistosa o sencillamente más apantallapendejos.
ResponderEliminarConcuerdo al leer ésta magnífica pieza en que le diste una soberbia dinámica coronada por un final conmovedor.
Lo leo; pero tiene la magia de que lo veo.
Carlos:
EliminarAprecio mucho tu comentario. Tu mención del ambiente de los bares está en fina sintonía con la letra de varios tangos, probablemnte debido al auge de los café- Bar en aquella época tanguera.
Mi experiencia en esos lugares se concentra en mis último años del colegio secundario, cuando los muchachos nos juntábamos a tomar un balón de cerveza tirada, o un café -según la estación del año-; mientras descubríamos el mundo desde nuestros dieciocho, o diecinueve años. Luego, la farra terminó y fueron años de trabajo y estudio nocturno, hasta que en 1978 inicié mi último año sin materias pendientes. Recibirme ya era un trámite y juntarme con muchachos en un bar, un desperdicio; sobre todo comparado con ir a una confitería en compañía de una señorita.
Un gran abrazo.
La cuestion es que de esos espabilaos hay muchos por el mundo jejeje
ResponderEliminarHa sido un bonito relato, muy real.
Lo de la tarta jajaja vaya mala suerte que tuvo el pobre y si el otro es una bestia parda no me extraña que salieran de estampida.
un abrazo
Sabores Compartidos:
EliminarTe agradezco mucho el comentario.
A todos nos ha pasado alguna vez quedarnos sin comer, todo por culpa de que nuestra comida se arruinara.
Lo quee pasa es que el gordo Toto es un sentimental...
Un gran abrazo.
Un ameno relato en el que van verdades como templos...
ResponderEliminarNo me gusta que se copie, o incluso que medio arreglen textos de otros. Creo que con eso no se puede engañar a nadie, sino a uno mismo, porque así, no se aprende nada.
Es muy entretenido escribir lo propio, aunque se haga mal
Un beso.
Misterio:
EliminarLo que dices es muy valedero. Siempre me molestó el estudiante que se copia y ni hablar del que repite por boca de ganso lo que escuchó de boca de otro.
Quien plagia, es -directamente- un delincuente.
María Kodama le ha ganado un juicio a alguien que reescribió El Aleph, con agregados propios sobre el texto original de Borges.
Coincido contigo: es seguro que no descubro nada, quizás todos pensemos lo mismo, pero es mi versión.
Un beso.
Buenas noches querido y admirado amigo, me encantan tus soberbios relatos.
ResponderEliminarInfinitas gracias por concedernos el privilegio de ser testigos de estos.
Miles de besinos y feliz fin de semana te deseo con inmenso cariño.
Ozna-ozna:
EliminarSolo puedo agradecer tanto cariño de parte de una persona tan buena y amable.
También es mi deseo que tengas un feliz fin de semana.
Besinos, Julia (¿ese es tu nombre?).
Ameno relato y muy real. Cuantos no hay por ahí que copian los textos de otros y tan campante.
ResponderEliminarUn abraxo!
Marilyn:
EliminarA menudo leo las quejas de bloggistas amigos, que se indignan por ser plagiados impunemente. Tales situaciones me molestan tanto como si yo fuese la víctima.
Un gran abraxo.
Hola Arturo, me ha gustado especialmente el ambiente y la atmósfera que creas en tu relato a través del diálogo de los personajes sin excesivas recreaciones descriptivas. Creo que a través de las voces no es tan evidente recrear un escenario y tú lo has conseguido porque me ha parecido estar allí dentro, de cháchara con tu multitud.
ResponderEliminarMe gustan los motes que les has puesto. Especialmente "metralleta". Y ese mensaje del plagio, del cual estoy totalmente en contra, bien sea de la idea o de la forma, del estilo o de la historia narrada. Hay millones de historias para inventar, se hayan contado antes o no, pero es horrible encontrarte con tu creación en la voz de otros.
Un fallo en la regeneración de mi roll-blogguer me hizo creer que te habías apartado de este mundo porque creí que no publicabas desde hace un par de meses. Todo solucionado. Veo y leo, que sigues tan activo como siempre y me alegro un montón. Besos Arturo.
Laura:
EliminarHasta donde pude instruirme, los cuentos sintetizan su texto. Tal economía se justifica por la brevedad de las historias, donde todo lo accesorio debería evitarse, de manera de no distraer la atención del lector.
Por supuesto, nada está prohibido y el autor no está obligado a cumplir ninguna premisa, aunque siempre es conveniente facilitar al lector el seguimiento de la obra.
Cada uno de nosotros posee una visión única de las cosas. Es por ello que un plagio, antes que nada, es negarse su propia versión de las cosas. Dos pintores podrían poner sus caballetes uno al lado del otro, frente al mismo paisaje y, sin embargo, sus obras de arte serían bien diferentes.
Me da gusto que hayas solucionado el problema de las actualizaciones de este blog, pues tu presencia es bien apreciada.
Besos.
jajaja Ha sido relamente bueno. Me imaginaba ese trozo de tarta dentro de la taza salpicando la camisa y todos saliendo escopetados... Muy bueno Arturo.
ResponderEliminarBesazo
Dolega:
EliminarSi me pasara lo que le sucedió al gordo Toto, no sé qué haría; pues este tipo de postre es uno de mis favoritos.
Gracias por tu comentario.
Un beso.
Arturo me rei, pero es injusto, pobrecillo con todo el cuidado menudo follon monto, se mancho se quedo sin postre, y ademas puede tener castigo, uffff besos y abrazos
ResponderEliminarMaría Jesús:
EliminarNo hay caso, cuanto más te cuidas del desastre, más seguro es que ocurrirá. A todos nos pasó.
Un beso y un gran abrazo.
Sin disparos ni cañonazos: Fácil está la erudición de bajo coste.
ResponderEliminarComo la tropa de plagiadores que la red bloggera diseminó...
Lo que no es tan sencillo es lograr la ocurrencia y sana chispa de humor que logras tú en tus relatos. Eso, ser ocurrentes, no se improvisa fácilmente.
Enhorabuena por este relato, que dice más de la trivialidad aparente.
Abrazo, Arturo
PMPilar:
EliminarEstoy muy agradecido por tus conceptos tan generosos.
A mí siempre me causaron desagrado los impostores, que viven a costilla del trabajo y la creatividad ajena.
Encontré esta forma coloquial y humorística para plantear mi posición.
Un gran abrazo.
Cuentas y parece que es presente.
ResponderEliminarGracias, Arturo.
Abrazos
Alicia:
EliminarEl agradecido soy yo, por tu visita y tus palabras.
Un gran abrazo.
Ola meu querido amigo,muito engraçada e interessante tua história.Gostei muito da tua criatividade ao contá-la.......E como tu também aprecio demais uma torta de ricota.È coisa bem boa.Tenhas uma ótima semana e meu muito grande abraço.SU
ResponderEliminarSuzane:
EliminarMeu caro amiga, muito obrigado pelo seu comentário.
Você está certo, é uma sobremesa muito rico, mas no Brasil eu levaria um cafecinho com morango ou abacaxi wafers, que são um prazer. E comer seus frutos maravilhosos.
Um grande abraço.
Hola: Es una delicia el lenguaje en que lo has relatado. Pues con el afán de ser entendidos en todos los sitios, y que las traducciones sean algo congruentes, vamos dejando la naturalidad y lo regional de lado. Me encantó, me permitiste imaginarlo!
ResponderEliminarBesos.
Sara:
EliminarMuchas gracias por comentar.
Utilicé la fonética para expresar el enojo de Manolo. En verdad, me he reído con ganas mientras lo escribía. En verdad, reiteré la estructura del cuento predecesor a este, también en ese café imaginario. (ver: http://pensamientosyopinionesdearturo.blogspot.com.ar/2013/03/leyes-de-la-naturaleza.html).
Besos.
Es un buen relato Arturo, empleas tècnicas descriptivas y nos haces reir con tus incursiones en el mundo juveni.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Fus:
EliminarIntenté hacer algo que fuera corto y ágil, con su buena cuota de humor y reflexión sobre ese ambiente. Ustedes, los lectores dirán si salió algo pasable.
Un gran abrazo.
Arturo, utilizando el talento que te caracteriza, has conseguido plantear de forma amena una cuestión que está a la orden del día.
ResponderEliminarEs cierto que se ha puesto de moda copiar frases de personajes para hacerlas nuestras.
Si esa es la forma que tienen algunas personas de pensar, pues adelante; no veo en ello nada recriminatorio.
Lo malo, tal y como aparece en tu relato, es intentar hacerlas pasar por propias porque, tarde o temprano, se nos verá el plumero.
El final sorprendente.
Me ha gustado de verdad.
Besos.
P.D: voy a ausentarme durante una larga temporada. Nos leemos tras el verano.
Más besos.
Belén:
EliminarSi bien suelo utilizar el refranero popular como muletilla, no soy un afecto al empleo de frases célebres.
A mi modesto entender, todo refrán o dicho tiene la cuna humilde del anonimato y es la gente innominada quien le da vida.
El intelectual que quiere hacerse ver, reitera su frase feliz; lo que me hace suponer que su elucubración previa no fue coloquial, sino orientada a dar lucimiento a esa frase rimbombante.
Aquel que emplea estas frases, ante mi vista, se presentaría como una persona que, ante una pregunta mía, comienza a revolver entre sus cosas para hallar la tarjeta apropiada, con la frasecita exacta… y ajena.
Que disfrutes a pleno tu verano. Nos veremos a tu vuelta.
Besos.
Hola dilecto amigo, aunque estoy corto de tiempo no puedo dejar de disfrutar buen humor, recreando aquellos tiempos inherentes a nuestra edad.
ResponderEliminarTu retrato de los personajes me recuerda a Molina Campos, quien aunque en otra rama tenia tu misma impronta.
Muy buen relato Arturo, lo disfrute, gracias. Te dejo un gran abrazo y no olvides que sigue presente la invitación al foro.
Luis
¡Hola Luis!
EliminarMe comparaste con un gran artista, buen observador del paisanaje y su entorno. Es una exageración, ya quisiera o el solo haberle lavado los pinceles...
Ya anduve por el foro y pude leer algunos textos interesantes, también; pero, no hallé ninguna explicación sobre el objetivo del mismo, ni cuál sería el destino de los trabajos aportados allí; sería útil.
Ya se sabe que no publico en ningún lado, salvo por invitación particular de alguien amigo y en su blog.
Un gran abrazo, mi amigo.
Hola Arturo, simpático el relato que nos dejas amigo, pero al caer el trozo de tarta en el café con leche no me extraña que saliesen corriendo teniendo el carácter que aparentaba el susodicho, aunque luego la sorpresa la dio cuando se puso a llorar:), personajes como los que dices que se las dan de lo que no son por medio de engaños como los que dices que hacen por medio de la red de esos hay muchos hoy en día, pero con el tiempo todo se descubre, y anda que vosotros también tenéis buen ingenio eh?, nunca se me hubiese ocurrido decirle metralleta a un tartamudo jeje, venga cuídate amigo:)
ResponderEliminarBesos.
Piruja:
EliminarEse apodo lo tenía Miguelito, un muchacho pobre, que comenzó a trabajar de chapista del automotor desde bien chico.
Aquí se les suele denominar tartancho, también.
Con gran ingenio, a un compañero de oficina le dicen Mamario, aunque su nombre es Mario...
Lo gracioso es que, cuando escuchamos nuestra propia voz grabada, recién nos damos cuenta de nuestra pésima dicción.
Buen fin de semana.
Besos.
Es increíble la capacidad que tienes para transmitir el diálogo de los personajes con ese lenguaje tan particular, y el ambiente que das en el relato, y el humor que le has dado.
ResponderEliminarUn placer, estar en tu rincón, Arturo.
Estos días he perdido el tren en vuestros blogs, espero que me disculpes.
Un beso.
María:
EliminarMil gracias por tus conceptos, eres muy amable conmigo.
A quien le canta al amor, como es tu caso, se le disculpa todo.
Que tengas un muy buen fin de semana.
Besos.
Hola Arturo, me has sacado un montón de sonrisas en esa charla de café, tan típica de tiempos atrás.Aunque maquillada con tu pluma y creatividad, es grato encontrar un amigo de las letras que sea de Buenos Aires.
ResponderEliminarTe encontré por tu comentario en el blog de María, que me antecede en su comentario.Si vienes a visitarme, justo encontrarás un post no habitual en mis relatos y crea revuelo. Me pongo en la fila de tus seguidores.
Un abrazo.
Migue:
EliminarDesde ya, considerate bienvenido en este espacio, donde más que editarse erudiciones, se pretende verter pensamientos, anécdotas o ficciones que permitan el intercambio de opiniones.
Como hago siempre, ante nuevos seguidores y comentaristas, primero visito y aporto en sus blogs, como habrás notado.
Te comento que, desde 1990, vivo en Villa Urquiza.
Un gran abrazo.