domingo, 2 de junio de 2013

Sofanor Pereyra y su mote grosero


No sé qué le habría dicho aquel muchacho, pero la chica le dio flor de cachetazo. Todos los que estábamos en la plaza del pueblo, al ver la escena, nos tapamos la boca, para no mostrar nuestra tentación de risa, mientras mirábamos para otro lado.
Ahí escuché que el viejo que estaba sentado a mi lado, en el banco público, me decía:
-¡Eso no le pasaba al Sofa!, ¡juá, juá!
-Perdón, ¿a quién?
-¡Al Sofanor Pereyra, m’hijo!
-El anciano era un lugareño, de esa edad indefinida que poseen los viejos, canoso, piel curtida por el sol, ropaje modesto y dentadura con demasiadas vacantes sin cubrir. Hablaba a viva voz, por no decir a los gritos, quizás por alguna sordera, propia de su edad.
-¡Pero, claro!, usté mocito no es de estos pagos. ¡Con razón no lo conoce al Sofa!
Le voy a contar la historia: resulta que aquel señorito era muy delicado y suave al tratar; pero, ¡ojo!, no se me vaya a creer que era un marica, ¿eh? Se le iban los ojitos por tras de cualquier mujer que se le cruzara; incluso con aquellas damas que resultaban viejas, fieras y descartables para los demás hombres.
¿Y me ha de creer, m’hijo?: a ellas le gustaba el Sofa; si le digo que no se conoce mujer que le despreciara un convite. Él no era gran cosa, flaco, no muy alto, sin plata, ni profesión; bueno, tampoco era un tipo fulero, no vaya a pensar…
Cierta vez, nos cruzamos en la heladería del chueco Antúnez. El Sofa entró de la mano de la Carmencita (la hija del cartero, el Zoilo Veiga); por lo bajo, este galán le decía: “pruebe un heladito, mi bomboncito de miel”. Y la chica meta sonreír y mirarlo con ojos embelesados; a su turno, el Sofa le dice que quería helado de “sabor jazmín y rosas, para acompañar el aroma de mi niña”. ¡Así nomás!, ¡semejante pavada! Y ella prendidita del brazo…
La otra vez que lo escuché fue en aquel banco, ¿ve? (es el que uso en invierno porque allí el sol da de lleno y no paso frío). Resulta que se me sientan al lado, el Sofa con la Matuca, la más deseada y poseída del pueblo. Y él se le despacha con un: “mi ardillita, hiciste adelantar la primavera en mi corazón de nuez”. ¡Nunca había escuchado semejante bobada!, y la mujer derramaba una lágrima de emoción…
Las muchachas se disputaban su compañía, ¿sabe?
-El viejo cada vez se entusiasmaba más, mientras relataba tal historia.
-Cada semana se paseaba con una chica distinta del brazo, por esta misma plaza, m’hijo. Ya habrá visto que es la güelta del perro nuestra, por lo que todos los veíamos. Era un hecho tan reiterado que hasta se organizó una polla, para adivinar con quién se pasearía el próximo domingo, Así como se lo cuento. ¡Juá, juá!
Semejante éxito, no podía pasar desapercibido para los otros muchachos, que le comenzaron a ver con odio.
La cosa se empezó a poner jodida cuando, en vez de las jovencitas inexpertas, las que se lo disputaban comenzaron a ser señoras muy casadas, vea usté. Se entendía, pues los maridos no cumplían; eran dados a las barajas, la bebida, o las faldas; malhablados y manolargas.
¡Se armó  cada trifulca, que ni le cuento!, más de una de ellas terminó en el dispensario, vea usté; mientras, otra ansiosa la reemplazaba.
Aunque, había un problemita: el Sofa las hablaba bien, pero, al ser tan formal y meloso, nunca llegaba la oportunidad para concretar nada con ellas, pues siempre surgía una nueva candidata que desplazaba a la otra y él debía comenzar su rutina desde cero. ¡Una cosa e’locos, vea!
-Para terminar, el viejo me tocó con su codo, me guiñó un ojo y, por lo bajo, me dijo:
-Esto le valió el apodo que le puso uno de los muchachos envidiosos, el petiso Macetita, que le zampó: “chofer de velorio”, porque el Sofa acompaña, acompaña, pero nunca arrima al entierro.

28 comentarios:

  1. Es que la envidia es muy mala consejera, jejeje
    No me extraña que se lo disputasen todas las muchachas con esa lengua que tenía el amigo.
    un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sabores compartidos:
      Más allá de las exageraciones obvias del relato, se puede airmar que hay hombres que poseen el don de agradar a las mujeres.
      Esto, que se presupone toda una bendición, se transforma en pesadilla, por cuanto el susodicho carece del desenfado necesario para dar el paso crucial. Nunca les propone nada, temeroso de un rechazo o un moquete, como el que ilustra el inicio de esta historia.
      En fin, Dios da pan a quien no tiene con qué mascar.
      Un gran abrazo.

      Eliminar
  2. jajajaja ¡Me encantan tus historias, amigo!
    Hay personas que son más felices pensando proyectos que realizándolos.
    Lo de chofer de velorio me lo apunto ya mismo.
    Besazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Dolega:
      Coincidirás conmigo en que hay varios tipos como este Sofanor.
      Para su fortuna, hoy las chicas están más desinhibidas y toman la iniciativa. Les irá bien si no se topan con una tímida, o una reprimida.
      Además, más temprano que tarde, ls Sofanores aprenden a dar el salto, solo deben probar el fruto prohibido. Je, je.
      Un beso.

      Eliminar
  3. mucho ruido y pocas nueces dicen por ahí....tanta dulzura también empalaga...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Geraldine:
      En mis años de boliche (hace tanto, tanto), cuando los sentidos estaban alerta a todo, he visto a los otros jóvenes en sus actitudes diversas: muchas mujeres y chicos miraban el ambiente sin posar la vista, pero las damas siempre se fijaban en los mismos muchachos: el grupo de "los llamativos".
      Estos muchachos tenían un imán para esas miradas; mucho ayudaba a ello el que se vistieran y tuvieran cortes de cabello a la última moda y con exageración. Ante mi vista, eran competidores fortísimos, pues yo me presentaba ataviado con mesura y -digamos- buen gusto (al menos, no usaba colorinches y combinaba bien los colores).
      Pude escuchar las sandeces que decían estos faroleros, que hacían las delicias de las damas. Increíble.
      Al final, resultó más práctico huir de esos ambientes e intentar el acercamiento a las chicas, a través de la más arriesgada técnica: abordarla en la calle. Así se evitaban esos Sofanores narcisistas...
      Un gran abrazo.

      Eliminar
  4. Respuestas
    1. Pilar:
      A quien no le causará ninguna gracia es al Sofanor, pobre...
      Un gran abrazo.

      Eliminar
  5. Es mejor un solo disparo pero que de en el blanco, ¿no?
    Tus historias siempre me atrapan.
    Un fuerte abrazo.
    HD

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Humberto:
      El muchacho era un campeón... invicto.
      Gracias por tus palabras.
      Un abrazo enorme.

      Eliminar
  6. Que você possa construir um caminho
    de alegrias e realizações..
    Ser Feliz.
    E vivendo apaixonadamente e expressando
    com alegria de viver a pessoa especial que você é.
    Sinta a presença de Deus abençoando sua vida
    cada passo de sua caminhada.
    Uma abençoada e feliz semana beijos no coração,Evanir.
    Deixei mimos na postagem .
    Fique a vontade para pegar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Evanir:
      Obrigado por seus bons desejos, isso mostra que você está em Paz e no caminho da Fé, onde você pode ter certeza que você estará protegida de todos os males.
      Eu vou fazer as minhas saudações e votos de uma semana feliz para você.
      Beijos na alma.

      Eliminar
    2. Nossa senhora, Arturo, você fala português!
      Se eu tivesse sabido, aquele domingo na tua casa, teríamos partilhado umas palavrinhas ne minha língua, cara.
      Fiquei surpreso mesmo!

      Eliminar
    3. Humberto:
      Na verdade, eu leio e entendo bastante do Português. Mas, como eu falo, tem que me ajudar com um tradutor. Meu castelhano é complexa, o que torna difícil para montar frases em sua língua original.
      Um grande abraço

      Eliminar
  7. ¡jajajjaja, me encantan estos relatos llenos de vida e historia que nos cuentas Arturo!Empezando por la "flor de cachetazo" y terminando por la compaña. Y es que como yo digo a las mujeres no hay que entendernos sino querernos y a mí me conquistan con unas buenas palabras o sea que el Solfa me hubiese conquistado.
    Besos cachetudos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gloria:
      Supongo que lnuestro famoso personaje, tras esa personalidad lírica insufrible escondía algo. Y ese secreto era su terror a que la chica le dijese que no a su pedido.
      La aparición de un reemplazo lo liberaba de tal aprieto.
      Beso a cada mejilla.

      Eliminar
  8. Interesante el relato Arturo,
    a medida que uno va leyendo se va haciendo la imagen de los personajes y parece que lo estás viendo. Lo describes fantásticamente y como ese tipo de personalidades alguna vez uno encontró, entonces es más fácil de recrearlos y revivirlos.
    Abrazos cálidos para ti.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Genessis:
      Por supuesto que las chicas también se llevan sus buenos chascos con los galanes. Desde indecisos como el Sofa, hasta pavotes que no saben articular una idea, o una conversación.
      Dejemos de lado a los feos y a los anodinos "cara de nada", que no entusiasman a casi ninguna dama, y centremos nuestra atención en aquellos que tienen su pinta: ellos pueden ser gangosos, tartamudos, voz de pito, guarangos, brutos, etcétera.
      Con cada uno de estos personajes se podría hacer una historia...
      Un abrazo grandote.

      Eliminar
  9. Muy ameno el relato, como siempre. Tienes una manera muy particular de expresarte y describir a tus personajes. me encanta!


    un abraxo1

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Marilyn:
      En verdad, el verdadero personaje central es el viejo; que representa al típico pueblerino, chismoso y campechano.
      Estoy seguro de que Sofanor representa los padecimientos de todo adolescente inexperto en las cuestiones del amor.
      Un gran abraxo.

      Eliminar
  10. Arturo....

    Pura envidia de todos creyendo verlo como un galán,
    que bruto que era y encima nada de nada jajaj

    ¡¡ relato de campechano !!

    un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Doris:
      El pobrecito era un papanatas y las mujeres se entusiasmaban con su labia.
      Hay algunas tan inocentes, que se han casado con maricas y no me refiero específicamente a conocidas artistas de la TV...
      Hay de todo en la Viña del Señor.
      Un beso.

      Eliminar
  11. jajajaja, el Sofa, ladraba mucho pero no mordía, jajajaj- Le has puesta la mejor nota de humor a esta mañana. Genial y divertido. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Alma:
      Me da mucho gusto que te haya alegrado la vida, aunque sea un ratito. Mi intención era reírme del inexperto que alguna vez fuimos.
      Tengo sesenta años, lo que significa que a mis quince, las chicas eran muy, muy formales.
      Y gracias por tus palabras.
      Un gran abrazo.

      Eliminar
  12. Arturo, con tu relato he ido imaginando a sus personajes jajajaja me ha parecido muy simpática la historia que nos has relatado, me ha encantado leerte en esta tarde disfrutando de tus letras desde la paz del domingo.

    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. María:
      Cuando era chico -tendría ocho años- imaginaba que todo era posible, que el mundo era tan inmenso, que habría un doble mío pensando lo mismo.
      De igual manera, creía que era posible la existencia de cualquier persona que imaginara.
      Hoy, descreo de esas fantasías; pero, estoy seguro de que anda por allí -al menos- un Sofanor Pereyra.
      Un beso.

      Eliminar
  13. Este relato se me pasó por alto amigo, está buenísimo, yo creo haber sido un poco Sofanor, pero por timidez.
    Sabes estoy en la universidad en un taller donde serías la figura principal, se trata de contar anécdotas o vivencias de tiempos pasados. La idea es armar un libro de recuerdos.
    Me ha encantado tu historia por es muy real.
    Te dejo un gran abrazo amigo y te espero por el nuevo foro, tu aporte sería genial.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Luis:
      Todos hemos pasado por una etapa similar durante la adolescencia.
      Hace tiempo publiqué algo que marca ese inicio de la galantería (http://pensamientosyopinionesdearturo.blogspot.com.ar/2012/10/primer-baile.html), como se ve, no éramos muy duchos en esas lides...
      Un gran abrazo.

      Eliminar

Me interesa conocer tu opinión respecto a lo que has leído: