viernes, 19 de abril de 2013

El ascenso


Con gran alegría, los estudiantes llegamos a nuestro destino: el Cerro Catedral.
Entonces, para el ascenso al cerro, se nos presentó una disyuntiva: emplear los medios de ascensión consistentes en un servicio de aerosillas de dos etapas, o trepar por la ladera de la montaña. El alto costo del servicio de aerosillas determinó que la gran mayoría de nosotros optara por la alternativa de ascender por nuestros propios medios.
Pensamos ahorrar el costo del elevador hasta la primera etapa, donde tomaríamos el medio de elevación, para subir sin esfuerzo la segunda parte de la montaña, aquella de mayor pendiente y dificultad.
Sin mucha demora se formó un gran grupo de entusiastas escaladores, mientras algunos pocos muchachos quedaban a esperar su turno para subir a la aerosilla.
A menos de diez minutos de iniciar el ascenso, soportamos el ahogo que causaba el esfuerzo de trepar. Con demudado gesto, observamos que apenas habíamos elevado unos escasos metros, en nuestro largo camino a la cima. No había caso, ya era nuestra única opción.
De modo que seguimos en nuestro penoso ascenso, mientras matizábamos la fatiga con la alegría de compartir nuestra experiencia con los demás escaladores improvisados.
Casi de inmediato sentimos la gritería y los saludos de aquellos compañeros: cómodamente sentados en sillas, pasaban por encima de nuestras cabezas. No faltaron las  chanzas entre ambos grupos.
Poco a poco notamos como asimilábamos la fatiga que causaba tal esfuerzo. Los resbalones y los consecuentes golpes, no escaseaban en nuestra travesía, lo que nos obligó a ser más precavidos.
Por fortuna, nos comenzó a rodear un bosque cerrado, que impidió observar hacia abajo y desilusionarnos si el avance era escaso.
En un momento determinado, nuestro camino ascendente nos introdujo en el interior de una nube que atravesaba al cerro. Constatamos que solo se trataba de una zona con una neblina bastante cerrada, que mojaba la superficie de nuestras ropas. Esto dio motivo a más de un chiste acerca de haber llegado al cielo, al paraíso y tantas otras ocurrencias propias de adolescentes. Las paradas para reponer fuerzas significaban una negociación entre los integrantes del grupo, habida cuenta que no todos soportaban de igual manera la carga física que ocasionaba el ascenso.
A medida que el esfuerzo se hacía notar en el cuerpo, se escuchaban voces: preguntaban si faltaba mucho, si alguno de nosotros divisaba donde se encontraba el puesto de la aerosilla y toda una serie de inquietudes acerca de si estábamos por el camino de ascenso correcto, si nos habíamos perdido entre la arboleda, etcétera.
El temor a errar el camino hacia nuestro destino prefijado y que todo el esfuerzo —o gran parte de él— fuese en vano nos atormentaba las mentes.
Demás está decir que la línea recta que seguía la traza del sistema mecánico de elevación difería en mucho del camino zigzagueante que debíamos seguir a pie.
Ya hacía bastante tiempo que nos habíamos provisto de ramas, adaptadas como bastones improvisados para que facilitaran nuestro ascenso. Las paradas para descanso motivaban que más de uno debiera descalzarse y verificar la presencia de ampollas en sus pies y otras calamidades por el estilo.
¡Por supuesto que no estábamos preparados ni equipados para una empresa de tal envergadura!
Al cabo de un tiempo, se formaron grupos más pequeños de excursionistas. Estos grupos bien podrían ser conformados por amigos que se fijaban un ritmo determinado que difería al del resto de los muchachos, o tener su origen en diversas limitaciones físicas de sus integrantes.
La respiración y las pulsaciones se habían estabilizado hacía rato. A estas altura, ya sin ningún disimulo envidiábamos a aquellos que se habían librado del penoso ascenso.
Notamos como -de a poco- la vegetación que nos circundaba era cada vez más rala.
Ya los grupos estaban dispersos cuando pudimos divisar nuevamente al sistema de elevación de aerosillas. Y lo más importante de todo: la estación de relevo del mismo, punto final de esta primera etapa de nuestro ascenso.
Aquellos que teníamos mas resto físico sacamos fuerzas de flaquezas y emprendimos una frenética carrera hacia ese lugar de promisión.
Sin lamentar para nada cada uno de los pesos gastados, sacamos nuestros boletos para encaramarnos en las sillas y poder llegar al deseado punto en la cima, donde ya estarían desde hacía rato nuestros compañeros más pudientes, o —quizás— más holgazanes.
Recién entonces comprobamos que fácil puede ser el ascenso cuando uno posee la ventaja de no tener que contar únicamente con su esfuerzo físico.
Para su desgracia, no todos pudieron seguir nuestro aliviado camino. Ya fuera porque alguno no tuviera el dinero suficiente para pagar este servicio —ya esencial— o una persona de su amistad que pudiera facilitárselo.
Una vez que alcanzamos el punto más elevado de nuestro viaje nos dedicamos a perder el tiempo y a jugar con la nieve acumulada en un parche de escasas dimensiones; y lo que fue más reconfortante de todo: sacar gran número de fotografías de las vistas panorámicas que se podían apreciar desde ese lugar. Es maravillosa la experiencia de visualizar los valles y lagos desde un punto tan elevado como la cima del Cerro Catedral. Da una sensación de omnipotencia incomparable.
El descenso resultó una tarea muy fácil, no se necesitó ayuda.
No hace mucho tiempo que me dí cuenta de que tal experiencia bien podía ser una metáfora del progreso y ascenso social de una persona. 
Con buen dinero en el bolsillo, todo resulta más fácil.

38 comentarios:

  1. Además de verdad amigo. Precioso relato que muestra lo que decimos siempre.
    Que el que tiene dinero lo tiene más fácil, por eso los que tenemos que subir a pie, tenemos que disfrutar del viaje porque es lo que tenemos, que los que suben en silla, no pueden disfrutar del camino. Van demasiado deprisa. :P
    Besazo

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    1. Dolega:
      Gracias por tus palabras.
      Podría agregar que el ascenso por el camino de la ética es más difícil y moralmente superior. Aunque tales conceptos de virtud sean ajenos a nuestra época.
      Y no todo es el dinero: cuando iba a la escuela, recuerdo que tuvimos que hacer un trabajo práctico para Biología; la tarea consistía en pegar hojas vegetales sobre cartulna, de modo de indicar su tipo (simples, compuestas, etc.).
      Como muchos de mis compañeros, hice la tarea de la mejor manera que pude; pero, uno del grado trajo una lámina blanca con un trabajo de elevada técnica. La maestra le puso "Excelente" y a mi un MB (Muy Bueno). lo llamativo es que soy primogénito y siempre hice todo por las mías, el otro, tenía dos hermanas bastante mayores... que le hicieron la tarea.
      Tenía ocho años y aprendí que con ayuda cualquiera parece ser más de lo que es en realidad.
      Un beso.

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  2. Querido Arturo
    El relato me hace acordar de nuestro viaje de egresadas, allà por el 80, pero como èramos todas chicas y las profesoras y mamàs acompañantes todas mujeres no hubo ni comentario de la posibilidad de subir escalando. Tambièn guardo fotos de momentos entrañables y muy divertidos jugando en la nieve y de la aerisilla... Te acuerdas de la famosa discoteca "Cerebro"?, cita nocturna asegurada de todos los estudiantes...
    Han pasado los años Arturo... Parece que fue ayer....

    Abrazos càlidos y que tengas un lindo fin de semana.



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    1. Genessis:
      Mi estimada amiga, ¿tú hablas de años?, ¿que me queda a mí? Fui dos veces, en febrero de 1971 y en julio de 1972 (viaje de egresados).
      En el último viaje, la discoteca de moda era Grisú, que estaba frente al Nahuel Huapi.
      La foto que ilustra la cabecera es la bajada en aerosilla, desde la cima hasta el puesto intermedio, en el verano de 1971. En la otra foto está mi hermano, en la cima del Cerro Latzina, frente al Lago Mascardi, que escalamos todos, sin excepción.
      Que pases un lindo fin de semana.
      Un abrazo grandote.

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  3. Te diré como dice mi esposa... EL DINERO NO ES TODO EN LA VIDA... PERO QUE FALTA HACE.
    Muy buen relato Arturo.
    Un gran abrazo
    Carlos

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    1. Carlos:
      Ya que lo mencionas, conozco otra definición, que dice: "el dinero no es la felicidad; pero produce una sensasión tan parecida a ella que es muy difícil distinguir".
      Va un gran abrazo.

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  4. Lindos recuerdos del viaje de egresados, Arturo. Con pavor, subí sentadita en la aerosilla sin mirar para abajo porque tengo un vértigo atroz. Se me hizo interminable la llegada a la cumbre. La bajada, cierto, un poco más llevadera.
    Triste el que ve la vida como una cumbre a escalar, quizás pisando muchas cabezas y muy cierto eso que decís de que con dinero a muchos la subida se les hace fácil.
    Prefiero entender l vida como un camino a transitar en grupo, sí, como decís en este texto y cuidando por quienes tenemos al lado, ayudándonos a transitar. Así, creo, se disfruta mucho más, no importa que no pasemos de la base del cerro y que no ascendamos ni cinco metritos.
    Como siempre, tus textos nos llaman a la reflexión.
    Cuánta sabiduría, maestro, compartida aquí.
    Beso grande va.

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    1. Sandra:
      El vértigo sobre una aerosilla es típico, pues pareciera que tus piernas cuelgan en el vacío. Es un momento en que se debe confiar en esa maquinaria, como en los aviones.
      En la vida es poco lo que podemos definir, entre esas pocas cosas se incluye el tipo de confort al que uno aspira tener. Los hay que tienen desmesurados deseos, mientras otros son más moderados en eso, o se conforman con lo que les venga. Es en función de esa meta que la gente se esfuerza en conseguir los medios para darse tales gustos. Es cuando se vuelve importante definir cómo se obtendrá el dinero necesario: si será lícitamente, o no; con ética o sin ella. Muchos tomamos conciencia entonces de nuestras reales posibilidades y deberemos conformarnos con otras metas, más modestas, pero cumplibles, dentro de nuestro límite ético y moral.
      Un gusto modesto es ascender a una montaña, a solo efecto de conocer el lugar y emocionarse con la vista; eso tiene un costo y más te vale tener el dinero, o deberás esforzarte mucho más para alcanzar tu deseo.
      Si deseas que tus hijos tengan una buena educación, más te vale tener dinero para proveerle todo lo necesario; si no deseas pasar necesidades en la vejez, más te vale asegurarte un buen ingreso para ese entonces; si deseas tener buena vida, más te vale tener dinero para costearte la comodidad y los placeres.
      Ahora, si tu objetivo es la acumulación de dinero y en función de ello no tienes reparo alguno, más te vale recordar que las mortajas no tienen bolsillos.
      En fin, se hace lo que se puede (o un poquitito más).
      Un abrazo grandote.

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  5. Son decisiones que se nos acurre cuando nos juntamos un serie de chicos, que a veces no sabemos que inventar para tener nuevas sensaciones, y experimentar algo que se salga de la rutina.

    Nosotros un año quisimos subir a Sierra Nevada por un difícil camino y nos salvamos porque vinieron a buscarnos.

    Saludos

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    1. José:
      Suele pasar que los jóvenes encaren arriesgadas quijoteadas, es un síntoma de la edad.
      Pero, en el caso que cito, no solo estábamos involucrados estudiantes de bolsillos flacos, sino que se nos sumaban preceptores y profesores mal pagos.
      Para nuestra desgracia, no seguimos por las trazas de las pistas de ski, que hubieran hecho la trepada más suave, aunque en un recorrido mucho mayor; además, no sabíamos cuál de entre todas ellas era la que nos llevaría al punto deseado.
      Saludos cordiales.

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  6. Que buen relato amigo, imagino la aventura (inigualable) de adolescentes con determinación y alegría.
    Como no hice el secundario no tuve viaje de egresados.
    El dinero no hace la felicidad... (pero como ayuda)
    Un abrazo Arturo.

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    1. Luis:
      No es necesario ir de campamento con los compañeros del colegio para notar la carencia económica. De hecho, la misma se podría evidenciar al elegir un lugar para el baile del sábado u otras actividades de la vida de relación.
      Un gran abrazo, mi amigo.

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  7. La verdad es que esa sensación de grandiosidad en las cumbres es hermosa, Arturo.
    Sí, perfectamente podría ser una metáfora como tú dices. Lo cierto es que "poderoso caballero es Don Dinero". Mismamente en la justicia, lamentablemente, si tienes recursos económicos fuertes es muy posible que te libres de cárcel o de penas mayores.
    Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.

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    1. Mos:
      La visión desde las alturas fue una experiencia maravillosa.
      Conviene aclarar que hasta ese entonces, mi vida había transcurrido en la llanura pampeana, o en la orilla del mar: solo planicie y horizonte.
      Cuando fui a Bariloche, conocí la precordillera y descubrí la perspectiva desde la altura.
      ¡Ni me hables de la justicia!, que ya el Martín Fierro decía: "La ley es como la telaraña: atrapa a los bichos chicos y deja pasar los grandes..."
      Un gran abrazo.

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  8. Hola, Artuto.
    Despues de leer los infortunios de no subir en la telesilla, realmente, tienes muchísima razón, si no es pisando cabezas, el ascenso es lento y la caida puede ser vertiginosa. Con el tiempo vamos acumulando experiencias que, como ésta, termina por convertirse en metáfora.

    Un abrazo grande y feliz semana

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    1. Pilar:
      Es la experiencia, fruto del aprendizaje, lo que nos evita caer en situaciones no deseadas.
      Cuando somos muy jóvenes, la candidez nos juega en contra: ya mayores, seremos más precavidos: no iremos a lugares por encima de nuestras posibilidades económicas...
      Que empieces bien la semana y la termines mejor aun.
      Un gran abrazo.

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  9. Soy María del Carmen Názer. ¡TE ENCONTRE !!
    Tu entrada me hizo volver a muchos años atrás, llevando a mis alumnos en los viajes de estudio. Siempre me elegían. Tengo guardados en mi corazón hermosos recuerdos de esos viajes.
    El ascenso y posterior descenso al cerro bien podría ser una metáfora.
    Como eres argentino , yo soy de Corrientes , puedo decirte algo.A raíz de los últimos acontecimientos que son de dominio público ,con respecto a la corrupción tengo un gusto amargo. Anoche después de mirar un programa en la tele y ver la riqueza descomunal de algunos políticos pensé : yo soy una perfecta estúpida. Trabajé toda mi vida, soy docente jubilada ,amé mi profesión y tengo que cuidar de mi economía cuidadosamente ¿por qué salí con esto ? El ascenso Arturo debe ser como el que hiciste con tus compañeros , paso a paso y limpiamente , para poder dormir tranquila y poder mirar a los ojos a mi flia y a los demás. Tal vez algunas veces vuelva a sentirme una estúpida . No importa .VALIO LA PENA. Te dejo besos de luz.

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    1. María del Carmen:
      Desde ya te doy la bienvenida a este espacio virtual y lo hago con toda deferencia; a la vez que agradezco tu comentario.
      Ya que mencionas las noticias de actualidad, diré que no era ninguna novedad lo que se expuso. Uno puede no conocer los detalles de una mecánica para el robo, pero ve que se está realizando. En mi caso, me llamó la atención el incremento de precios de obras de infraestructura, ya que de un valor estándar mundial de 12 dólares, se empezaron a pagar 25 dólares. Pudo haber incrementos por cuestiones de la globalización, pero nunca duplicación de montos.
      Que se pretenda evitar ser juzgados, mediante un Poder Judicial adicto es solo lo que les faltaba para asegurarse impunidad hoy y cuando dejen el poder.
      Por desgracia, no conozco Corrientes, por lo que no podré conversar sobre ese lugar. Solo recordar un sapucaí o la melodía de Kilómetro once.
      ¡Ah! Y ser honesto, no es ser estúpido: eso se comprueba con el respeto y el cariño sincero con el que te paga la gente igual a vos.
      Un beso.

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  10. Mi querido amigo con tus relatos me haces recordar muchas experiancias vividas.
    Fuí al CERRO CATEDRAL pero ,sabes? no vi nada porque cerré los ojos del terror que tenia !
    gracias ARTURO por compartir
    besos !

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    1. Meryross:
      Tienes razón, la aerosilla puede producir vértigo y no hay de donde agarrarse.
      Por suerte, la visión desde arriba, del lago y las montañas circundantes, valen por el mal trago pasado.
      Gracias por tus palabras.
      Besos.

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  11. Sí, todo se consigue con esfuerzo...

    Un placer leer ese ascenso tan minuciosamente y bien detallado.

    Un saludo.

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    1. Misterio Tuyo:
      Muchas gracias por tu comentario.
      Lo importante siempre será que el resultado obtenido justifique el esfuerzo hecho.
      Un cordial saludo.

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  12. Arturo..." El ascenso "

    Que bonitos recuerdos de escuela que tienes... lo que dices reconocer el esfuerzo...y notar la diferencia entre la aerosilla o si se tiene o no dinero para aliviar dicho ascenso.
    Comparo esto que me recuerda al ascenso de mi padre en el banco...de empleado a llegado a gerente gracias al esfuerzo de años bien aplicados a su trabajo.

    ¡¡¡ interesante relato !!!

    un beso

    ¡¡¡ atrapante relato !!!

    un beso

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    1. Doris Dolly:
      Las cosas se han puesto mucho más difíciles en el mundo laboral. Antes se podía hacer carrera en una institución o empresa; ahora las empresas se fusionan, o absorben, y desechan a ejecutivos como pañuelos descartables.
      Así es mucho más difícil tener la continuidad necesaria, porque los desplazados son víctimas de operaciones de compra- venta y en ello no se considera su experiencia, idoneidad, o méritos.
      Es lo que hay, la senda del ascenso se topa con precipicios...
      Un beso.

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  13. Arturo a medida que iba ascendiendo en tu relato tambien iba ascendiendo mi pensamiento hacia tu valoración final. Yo he sido del pelotón de la mayoría, los que no tenemos para todo el trayecto pero ¿sabes qué?, me alegra, porque los que pagan todo lo material con dinero no saben que hay cosas que no se pueden pagar y por tanto no las pueden disfrutar porque no han aprendido a cultivar y por tanto no pueden recoger.
    Besos ascendentes.

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    1. Gloria:
      "Lo mío es una lucha entre una voluntad inquebrantable y unas crecientes limitaciones", digo en mi Perfil.
      Supongo que es acertada la frase, o al menos eso siento.
      En mi senda siempre me rodeó gente que no poseía esa motivación, por lo que necesité motivar, enseñar, mejorar la autoestima (si otros pueden lograrlo, no hay motivos que impidan que tú lo hagas).
      La vida ofrece infinidad de posibilidades, pero un tiempo finito. Está en cada uno de nosotros decidir enqué gastar la vida; más nos vale elegir con inteligencia.
      Besos en la cima.

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  14. Tienes razón Arturo con dinero las cosas resultan más fácil para todo en la vida, y el que no lo tiene, es el que más esfuerzo tiene que realizar, así es en cierto modo, como una injusticia, pero siempre ha habido ricos y pobres y contra eso nada se puede hacer por mucho que queramos luchar contra ello, además, hay quién nace con estrellas y otros estrellados.

    Siempre nos dejas entrañables textos.

    Un beso.

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    1. María:
      Está escrito: "Dos linajes solos hay en el mundo, como decía una agüela mía, que son el tener y el no tener" (Miguel de Cervantes).
      ¿Quién soy yo para contradecirlo?
      Poseer dinero es tan importante como saber el modo de aprovecharlo. Si así no fuera, su obtención habrá sido una lastimosa pérdida de tiempo y un desperdicio de esfuerzos.
      Gracias por tus palabras.
      Un beso.

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  15. Sí, Arturo. Con dinero todo es más fácil, sobre todo si el dinero te lo regalan... Pero ¿de cuántas vivencias te privas?
    Un recuerdo muy didáctico. Un abrazo. ¡A Asturias llega la primavera!

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    1. Aurora:
      Conozco muchos que se creen unos triunfadores, cuando en realidad son unos simples mantenidos.
      Cierta vez, cuando me trasladaron por cuestiones laborales, un compaero de trabajo me invitó a conocer su casa y su familia. Me mostró ambas cosas con orgullo, cual si fueran tesoros. Ahí supe cuánto esfuerzo y dedicación les había dedicado a ambas pertenencias.
      Con la primavera a pleno, supongo que los poemas estarán a punto de cosecha.
      Te envío un cálido abrazo.

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  16. Hola Arturo, me gusta mucho cuando nos cuentas estas hazañas tuyas de cuando eras jovencillo:), menuda paliza os disteis para subir y menos mal que en la mitad subisteis al telesilla que si no no creo que hubieseis podido subir arriba del todo, este relato tuyo se puede aplicar muy bien a la vida misma, que el que tiene dinero se lo encuentra todo mas fácil y no tiene que esforzarse para conseguir las cosas, en cambio el que no tiene dinero debe luchar palmo a palmo cada cosa para poder tenerla y no siempre lo puede conseguir, aunque cuando lo hace creo que lo disfruta y saborea mas que el rico porque sabe lo que cuesta obtenerlo todo, gracias amigo por compartir este trocito de tu vida:)

    Besos.

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    1. Piruja:
      Nuestro bien más preciado (y menos considerado) es el tiempo.
      El tiempo utilizado para alcanzar un logro, es mayor en aquel que debe iniciar desde más abajo su crecimiento. Ante un fracaso, es quien más tiempo podría perder...
      Y aquel que da su tiempo a otra persona, obsequia el bien más valioso que hay, ya que es imposible de ponerle un precio.
      Te envío besos.

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  17. Es exactamente lo que se puede sentir cuando comenzamos un proyecto… el miedo a errar, las preguntas de si lo lograremos, los momentos de niebla y de luz, el preguntarnos una y otra vez si llegaremos… en fin a medida que te leía me daba cuenta que efectivamente es como la vida misma, y como bien dices a veces el dinero ayuda a que sea mas rápido la llegada .
    Un gusto leerte
    Te dejo un abrazo fuerte

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    1. Susana:
      Lo que dices es totalmente cierto y es una conclusión que nos da la experiencia y la sabiduría para interpretar los hechos.
      Toda nuestra vida es una incógnita: los desdichados no necesariamente sabían de la llegada de la desdicha; tampoco los dichosos eran concientes del arribo de su felicidad.
      Sabedores de esto, los optimistas en caran nuevos proyectos, mientras los otros temen el fracaso. Y un joven es, ante todo, un optimista infundado.
      Te envío un cálido abrazo.

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  18. Aaaaay qué bueno!!, eso me recuerda a un compañero de trabajo que ante la situación de verse catalogado en un papel que reflejaba rasgos de su personalidad ¡decide que el resultado tras un cuestionario de muchas preguntas NO es correcto!. Y se posiciona en el grupo de los "emprendedores" porque se basa en el siguiente ejemplo..."él puede viajar a cualquier sitio sin planificar nada, únicamente con una tarjeta de crédito!. Jajajaá.... no emito opinión sobre este hecho, porque creo que sobran las palabras.

    Efectivamente con un buen dinero ¡el ascenso es mucho más fácil!.

    Buen relato Arturo y espero visitarte más a menudo si el tiempo me lo permite. Gracias por tu breve relato.

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    1. Laura:
      No hay peor ciego que aquel que no quiere ver, reza el dicho y eso se aplica a tu compañero.
      Respecto a la ilusión de riqueza que brindan las tarjetas de crédito, te diré que ese personaje no es el único que se confunde, por desgracia.
      Estoy cansado de ver a la gente comprar pavadas a crédito, con tasas usurarias...
      Y muchas gracias por tu visita, sé que sos muy activa y creativa; aunque no tengo ni idea de dónde sacas el tiempo para todo ello.
      Un gran abrazo.

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  19. Qué linda experiencia de juventud, y que bien escrita. Toda una inolvidable aventura.

    un abraxo!

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    1. Marilyn:
      Ya lo dice el poema: juventud, divino tesoro.
      Eran tiempos de maravilla, donde el mundo se nos revelaba en magnificencia. Nuestros sentidos descubrían que habían bellas sorpresas que nos podían llenar de dicha. Todo parecía posible, incluso las utopías...
      Te mando un gran abraxo, como vos decís.

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