jueves, 3 de enero de 2013

Esfinges


Aniceto Babalacci, era muy tímido. Adoraba a las mujeres, pero en silencio absoluto y sin dar muestra alguna de ello, todo por temor a un rechazo. Las imaginaba mucho más inteligentes que él, más desenvueltas e interesantes. Y estaba en lo cierto.
En su mente, las mujeres eran como esfinges, que le podían plantear problemas insolubles, con el solo fin de abochornarlo.
El tema lo tenía muy preocupado, debía hallar rápido alguna manera infalible para cambiar esa actitud pusilánime. Debía entonces, seducirlas y ya que no tenía la más mínima idea del asunto, estaba convencido de que cualquier cosa que hiciese sería un adelanto.
Todos lo conocían por el apelativo de Aniceto el Pollo, aunque sus amigos no lo llamaban así porque tuviera semejanza alguna con el personaje del Fausto, de Estanislao del Campo, el motivo era su pertinaz conducta de salivar. El resto de los vecinos, incluso las ancianas más educadas, creían llamarlo de esa manera en homenaje a aquel buen gaucho.
Entre sus amistades estaba Cachito Zamponi, bastante menor que él, que le comentaba sus secretos sobre el tema:
- Te tenés que dejar los bigotes, que a las minas le gustan los hombres bien machos. -Le decía, mientras se restregaba la escuálida pilosidad que tenía sobre su labio superior, a la que con la ayuda del delineador de la hermana -color marrón- trataba de brindarle un respaldo cutáneo al tono.
- El faso es muy importante, ¿sabés?, las personas mayores y los galanes de cine fuman todo el tiempo, por lo que fijate bien cómo manipular el cigarrillo, para lograr la misma prestancia que muestran ellos (que se levantan a todos esos minones de "Jolivú").
-Y ahí comenzaban los pases de prestidigitador de Cachito que, con el pequeño pucho encendido,  revoleaba ceniza y humo para todos lados. Los otros muchachos se burlaban de las teorías descabelladas y ridículas de Cachito; pero, el Aniceto las ponía en práctica.
Un rotundo fracaso. Las chicas se le reían en la cara -aunque por pudor se tapaban la boca- y lo dejaban plantado como a un árbol.
Ya había intentado los piropos, por consejo del solterón Pirucho; en aquella oportunidad ligó una sonora cachetada, fue a manos de la mujer del frutero, la tana Alessandra, que no supo apreciar sus requiebros ante las generosas asentaderas que poseía...
Por esos mismos día lo vio al Tito, el fachero del barrio, el que tenía un cachirulo con el que se iba de levante. Ahí nomás, el Tito lo aconsejó:
- Pibe, lo que tenés que hacer es mirarlas con suficiencia, ¿me entendés, che? Mirás vos, te mira ella, una sonrisita tenue, que ella contesta; un cabeceo de invitación y la mina se viene al humo, ¿la captaste?, entonces le abrís la puerta y ella se sienta a tu lado... muerta por vos.- Pero Aniceto viajaba en el colectivo; pues, con sus ingresos magros, ni hablar de poseer un automóvil.
Ya se puso más que nervioso. Lo consultó al farmacéutico, don Federico, un tipo piola, que le dio todas las instrucciones para no agarrarse una venérea, algo que era imposible si seguía así.
Fue en ese momento que se enteró de su drama el más paparulo de todos, el Salame Rodríguez. Este comedido le avisó:
-Preparate bien. Yo te voy a enseñar cómo se soluciona este problema. -Algo que ya era la comidilla de todos (hasta los pibitos avivados se le cagaban de risa).
Aniceto se puso sus mejores galas y se perfumó con medio frasco de colonia. Y ahí se fue, entusiasmado, junto con el otro salame, a ese lugar prometido. Resultó ser un cabarute de medio pelo, donde las coperas le sacaron hasta el último mango que tenía, solo por estar sentadas quince minutos a su mesa y tomar té frío, en vasos de whisky.
Volvió al barrio solo, arrastraba los pies al caminar, cansado de la larga travesía, tenía hambre y una frustración inmensa. Cuando quiso comer, o tomar algo, notó que nada le quedaba, ni para un mate dulce. Tomó un dinero que le quedaba y salió a buscar algún negocio abierto.
Entonces, tras caminar unas cuadras, entró a comprar yerba y azúcar a un almacén de barrio, propiedad de un gallego -un tal Manolo-, fue cuando la conoció a Clarita. Y salió el Sol.

44 comentarios:

  1. Bueno... desde luego, el relato es precioso, con esa preciosidad con que escribís en esas tierras, con un alto bagaje de ironía y contundencia.
    A las mujeres no nos toma nada bien la medida, eso de que les gusten (o nos gusten, dejémoslo ahí) los machos peludos, es un tópico propio de los descendientes de los monos, ya pasados a la historia. Sobre gustos no hay nada escrito, a alguna, supongo, les gustaría hasta el hombre-lobo, pero no se puede generalizar. Ni bigotes, ni barbas, que pinchan y rascan... y somos sensibles, caramba... En fin, los hombres saben tan poco de nosotras como nosotras de ellos. Así nos va entre nosotras. Y es más fácil atender a consejos del amigo de turno que reflexionar sobre quiénes somos unos y otras.
    Por otra parte, si Aniceto (nombre de uno de mis bisabuelos, ya ves) tuviese un buen "carro", la cartera bien repleta de monises, lo de la planta y el bigote más o menos, la mirada turbia o clara, lo que fuese, ya vería él cómo se lo rifaban. Pero pobre, feo, y parece que medio lelo, pues no hay caso.
    De todos modos, me alegro por él. Si con Clarita salió el sol, seguro que saldrían muchas lunas y ninguna en menguante.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aurora:
      Gracias por tu comentario, es muy detallado y útil.
      Sucede que Aniceto era, más que nada, un inexperto. Eso daba lugar a que le hiciesen llegar las más descabelladas teorías; o lo que es lo mismo: cada uno se imaginaba lo que haría él mismo y se olvidaba que nuestro héroe era otro, bien diferente.
      El camino del aprendizaje nos lleva por tortuosas situaciones y fracasos; este pobre infeliz padeció de la peor manera.
      Al final, como algo natural, conoce a Clarita (que "aclara" su visión).
      La historia de los bigotes es verídica.
      Un gran abrazo.

      Eliminar
  2. Pobre Pollo pero, después de tanto andar, de tantos sin sabores, encontró la luz que le hará brillar como persona sin complejos.

    Me gustó mucho este relato porque desde la primera frase me enganchó y ya no pude dejarlo.

    Un abrazo y Feliz 2011, amigo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. vocablo mudo:
      Gracias por dejar tu opinión y por tus deseos, que estimo son para 2013. Ya lo sabemos, hay gente que nace con estrella y hay quien nace estrellado, como Aniceto Babalacci.
      Un ambiente apropiado dará al que se inicia los conocimientos necesarios y adecuados para que lleve a buen término su empresa; pero, si los que te rodean son un desastre, malos días te esperan.
      Con la galería de personajes que rodeaban al pobre aniceto, era lógico que le fuera tan mal. Hasta que un golpe de suerte y una actitud desestructurada logró el milagro; ¿o fue amor a primera vista de Clarita? Nunca lo sabremos...
      Un gran abrazo y que este año te sea propicio.

      Eliminar
  3. Me llenaste de ternura con este cuento.
    Gracias por Aniceto, Arturo.
    Un beso y feliz 2013.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Isabel:
      Antes que nada, deseo que empieces muy bien el año y que sea el inicio de un período hermoso, aun mejor que el 2012 (que ya es mucho decir).
      La ternura la llevas tú contigo y siempre, solo que esta historia mínima, de un perdedor que halla la llave de su felicidad al final del camino, ha hecho que surgiera.
      Gracias debo dar yo por el hecho de que leyeses esas líneas.
      Un beso.

      Eliminar
  4. Nah jajajajaja ¡lo que me has hecho reír! Muy buen relato. ¡Pobre Aniceto! Le faltaba actitud,decisión y saber bajar del pedestal a las esfinges, que después de todo nadie tiene la posta: ni minas ni tipos.
    ¡Saludos van, maestro!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sandra:
      Por supuesto que hoy nos parecen bobadas; pero, cuando se es un adolescente, cualquier fantasía que cuentan los amigos es tomada como cierta.
      Al pobre Aniceto le tocó la experiencia difícil; un poco por ser como era y otro por el entorno ordinario al que pertenecía.
      Ya por aquellos entonces había chicas arrabaleras, de baja clase y alta performance, pero estaban lejos del ambiente donde sobrevivía el pobre Pollo.
      He podido observar la existencia de solterones consumados que -por algún milagro- se deciden a abordar a una cuarentona como él, soltera y retraída. Y tienen éxito. Eso significa que hay unos cuantos otros en igual posición, pero que no se animan a dar el primer paso...
      Es todo muy azaroso.
      Un gran abrazo.

      Eliminar
  5. Hola Arturo, pobre pollo que hacia todo lo que le decían y encima se reían de el, suele pasar eso muchas veces, que están los graciosillos que se creen que son adonis y se ríen de los menos agraciados en todos los sentidos, y las chicas no te digo mas, vasta que una se ria para que las demás del grupito haga lo mismo.
    No debemos buscar a la persona que queremos tener a nuestro lado, donde menos lo esperamos, hay podemos encontrar lo que necesitamos como le ocurrió "el pollo" que encontró sin buscar la luz de su sol.
    Felicidades amigo por tan bonito relato, me ha gustado mucho.
    Que tengas un buen finde, cuídate mucho:)

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Piruja:
      Con las recetas que le daban los amigos, era de esperar que se le chamuscase la comida...
      Si bien hay siempre ciertas convenciones para el cortejo, nada dice que seguirlas al pie de la letra garantice la felicidad.
      Este mensaje lo he dado en algunas otras historias.
      En este caso, lo de Aniceto y Clarita es un comienzo, nada más.
      Te envío un gran abrazo y te pido: cuidate más, que allí hace frío.

      Eliminar
  6. Es un gran relato describiendo con gran exactitud esos tipos de chicos un poco acomplejados,desde luego las mujeres aunque son el caviar de la vida y el néctar de la felicidad,se debe tener mucho cuidado para no desilusionarlas ya que ellas son muy sibilas, y te la hacen pagar.

    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. José:
      Muchas gracias por tus conceptos, tan generosos.
      En realidad, todas las personas somos esfingues; mas lo que sucede es que al personaje del cuento, como nos pasa a muchos hombres, le agradan más las mujeres que cualquier otro ser viviente (incluido "el mejor amigo", el perro).
      De ahí la angustia de este muchacho, bien entendida, por conseguir una compañía femenina.
      Saludos cordiales.

      Eliminar
  7. Divertido relato Arturo, los que tenemos algunas décadas más conocimos una manera diferente de abordar una mujer, eran otros códigos y costumbres, hoy parecen ridículas.
    Muchos de nosotros sufrimos sobre todo por timidez, habia que ser educado, bien vestido y lo peor; "Las madres te sacaban radiografía antes de consentir a la nena que te de calce"
    Era otra historia, pero sobrevivimos.
    Un gran abrazo amigazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Luis:
      Te comprendo plenamente. Eran épocas de madres guardabosques; ahora, si te descuidás, la madre está más receptiva que la piba...
      Recuerdo las épocas de aquellos langas que iban al baile con sacos de pana y el pelo mucho más cuidado que cualquier chiruza de hoy en día. Anillos, un buen bobo y timbos de primera completaban el atuendo.
      Ibas al WC y estaban los chabones gastando el espejo, ya eran metrosexuales entonces. Y yo, siempre peinado como motociclista sin casco...
      Mi vieja llevaba a mi hermana -entonces quinceañera- a Zodíaco, un salón de baile ultra conservador, donde había quien vigilaba (con cinta métrica, quizá) que la distancia entre los bailarines no se redujera a un valor "indecente". Las mamás hacían fila en los asientos, con ojo de águila. Nunca faltaba el despistado que invitaba a bailar a una veterana...
      Yo, mientras tanto iba a escuchar a Pappo Napolitano, donde las pibas eran raras, como mosca blanca.
      Un gran abrazo.

      Eliminar
  8. Arturo muy buen relato, divertido, pero también muestra la realidad machista de ese pobre pollo mojado, de tener que ser un langa, rodeado de tipos que se las sabían todas (o así creían ellos). Me gustó mucho el manejo del lenguaje coloquial, que era necesario para pintar a esos personajes.
    Felicidades para este nuevo año y muchos saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mirella:
      Muchas gracias por ser tan generosa con tu comentario.
      El arte de la seducción no se aprende de un libro, sino por emulación a los que te rodean; uno trata de buscar un referente y lo toma como ejemplo a seguir. Así te va, después.
      El tema es maravilloso: si elegiste a un locuaz, con amplios conocimientos en esto y en aquello y vos solo podés hablar de Boca Juniors, estás frito; ni qué decir si puteás todo el día y luego te querés hacer el fino con la señorita que esta frente a ti; un sudor frío te paralizará cada vez que abras la boca, convencido de que se te escapará una guarangada.
      Respecto al léxico empleado, tuve que suavizarlo un poco. Vos, que pertenecés a esta megalociudad, sabrás bien cómo cambian los nombres propios, por improperios, en las conversaciones (de damas o de caballeros, da igual)...
      Quizá más adelante me convenza de ser más crudo con los diálogos, ya que entre los ámbitos marginales no se habla como catedrático.
      Mis saludos cordiales, en este año que espero resulte muy bueno para ti.

      Eliminar
  9. Excelente relato, Arturo, que me queda la duda si procede de alguna vivencia real que te han contado o no.
    Dicho esto, diré que la timidez en la adolescencia y juventud es algo horrible. Lo sé por propia experiencia. Tienes mucho que decir, mucho que desear, mucho que aportar pero hay una barrera que te impide expresarte y ser tú mismo. Por eso entiendo al pobre Aniceto y ese querer encontrar la forma de seducir a las féminas.
    Luego está la moraleja final: Donde menos te lo esperas surge la chispa. Esa chispa que hace que todo cambie y veas el mundo de otro color.
    Me ha encantado esta historia mitad humorística, mitad irónica pero con mucha verdad dentro y muy bien contada.
    Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mos:
      Gracias por tus comentarios halagadores.
      Con respecto a si se trata de experiencias vividas, puedo decir que hay algunas pocas verdades y bastantes mendacidades en el texto. Como juego lógico, solo diré algunas de ellas, para permitir jugar con el resto: el bigote incipiente -en realidad unos finísimos vellos sobre el labio superior- es algo cierto; el susodicho era un compañero de colegio que recibió las pullas de todos por tal conducta.
      Aquello del sopapo de la tana caderuda es mentira; lo más cercano le pasó a un compañero de segundo año (catorce, tendría), que al encarar a una chica mayor que él (tendría dieciséis) recibió como respuesta el desdén, junto al calificativo "lactante".
      Lo de la timidez es algo que conozco bien. El hecho de utilizar lentes para la miopía de gran graduación, sumado a una baby face (que no demostraba mi edad) y, para colmo, las buenas calificaciones en el estudio, bien conocidas en mi entorno, no ayudaban en un ambiente de medio pelo. Todo se solucionó con unos simples lentes de contacto...
      Lo de Clarita, a diferencia de una historia de amor del tipo: ... y comieron perdices, es solo un portal que se abre en la vida de Aniceto el Pollo.
      Un gran abrazo para este año que se inicia y que espero sea muy bueno.

      Eliminar
  10. un relato envuelto en un gran desparpajo, con asomo de ironía, muy divertido... apareciendo ese emblemático personaje del teatro vernáculo cubano...(un negrito y un gallego, que siempre se llamaba manolo)
    me gustó
    saludos
    carlos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Innombrable:
      Me alegra que te hubiera gustado su lectura.
      Aquí, don Manolo (el padre de Manolito, a su vez amiguito del personaje Mafalda), es un estereotipo de otra época. Hoy sería Kim Chung Pum, el coreano del supermecadito del barrio...
      Saludos cordiales.

      Eliminar
  11. ¡Mira lo que acabo de encontrar revolviendo entre "papeles" informáticos" Un recuerdo de mi paso por Buenos Aires, un apunte de lo que más me llamó la atención en una cuidad maravillosa, luminosa, hechizada, donde el caos se ordena por intuición natural. Una ciudad, para mí, asombrosa.
    Ocurre que admiro a Juan Gelman, que he leído de él y que he usado bastante sus versos como intertextualización en los míos o como epígrafe. Y me ocurre una cosa curiosísima: un año o dos después de haber tomado versos de un autor, con ese fin (intertextualizar o buscar un epígrafe), el tal poeta gana el Cervantes. Me ha ocurrido con Gamoneda, Juan Gelman, y ahora con Caballero Bonald...
    Éste es el poema. Te lo dedico.

    BANDONEÓN

    "Han muerto de ternura un bandoneón, su tango,
    lo que se mueve puro más allá".

    Juan Gelman.

    Buenos Aires sobrecoge, arrebata
    a la Pampa su grandeza.
    Los semáforos tiritan ciegos de infortunio.
    Avenidas generosas en su anchura:
    ceda el paso al transeúnte que regresa
    de la noche.
    Viejos con carritos de café. De madrugada,
    bollos de manteca amasados con la luna
    dentro de un humilde
    dulce que transporta su dulzura:
    leche cocinada con azúcar.

    Qué clara es la noche bajo el cielo bonaerense.
    Resplandor porteño, cada árbol es un dios
    sobre zócalos de luz.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aurora:
      Mil gracias por tu obsequio, que es un verdadero lujo.
      Has comprendido el espíritu de la noche porteña; al menos el que tengo en mente, celosamente guardado, de aquella ciudad de mi juventud, cuando andaba por las madrugadas, de aquí para allá.
      Un gran abrazo.

      Eliminar
  12. Ola meu muito querido Arturo,Fiquei lisonjeada e comovida com a duplicidade e carinho de teu comentário.Muito feliz fiquei em saber que aprecias meu trabalho e gostas de minhas musicas.È muito gratificante e de grande incentivo para mim.Agradeço do fundo de meu coração.Desejo-te muitíssimas felicidades para 2013 e que nossa amizade perdure por tempo infinito.....Grande abraço e beijo.SU.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Suzane:
      Meu querida amiga, eu só disse o que eu sinto, o que eu gosto mais do que tudo isso mostra o amor infinito com que você interpreta cada composição. Ao seu lado em um grande arranjador, que é capaz de encontrar a melodia exata para cada trabalho.
      Meus votos de um 2013 muito feliz, com um repertório de canções tão maravilhoso como antes.
      Beijos.

      Eliminar
  13. Me he destripado de reir con el Aniceto.
    Al Aniceto se le está bien empleados sus fracasos porque, para mí, que le falta un hervor...
    ¡Anda, que se vaya otra vez con el Boticario, y co el listo Manolo, el cubanito, y que se tome un cafelito cargado p'a despejarle las neuronas!
    Esto estaría bien hasta para guión cinematográfico...
    Muy bueno, Arturo
    Abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pilar:
      Es hermoso leer que te ha causado gracia, pues el espíritu del texto es jocoso; se trata de reír con las penurias de un pobre Aniceto Babalacci, que pasa a los tumbos esa etapa en que todos debemos dejar de lado nuestro instinto infantil para dar lugar a los deseos adultos.
      Al fin y al cabo, este muchacho superó la primer prueba, la de romper con la barrera de la timidez. Muchos obstáculos se le han de presentar de ahora en más: enamorarse con seriedad, planificar un futuro en pareja (y alcanzarlo), desarrollar la tolerancia con ella, la paternidad...
      Todos hemos visto a las víctimas de estas diferentes etapas, que padecen el no haberlas podido superar.
      Personalmente, no creo que se halle a la altura de un guión de película, aunque he visto cada bodrio...
      Gracias, gracias, eres muy generosa.
      Un gran abrazo.

      Eliminar
  14. Arturo.." Esfinges "

    Felicitaciones para Aniceto en su felìz final.
    El hombre reservado es el que en verdad tiene varias mujeres,
    no el agrandado como dicen habla por boca de jarro.

    ¡¡¡Felìz dìa de REYES !!!

    un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Doris:
      Espero que ante todo estés pasando una jornada de Reyes dichosa.
      con relación anuestro héroe, tanto insistir y la solución estaba a la vuelta de la esquina, en un almacén del barrio...
      Como bien dices, el don Juan calla sus conquistas, pues es posible que, si trascendieran, una se enteraría de la existencia de la otra, u otras. El imprudente, en cambio, exagera un ínfimo avance. Pronto quedan en evidencia sus mentiras.
      En estos casos amorosos, la discreción es primordial, pues el terreno suele ser pantanoso y alguien puede quedar embarrado.
      Y siempre hay que mantenerse limpito.
      Besos.

      Eliminar
  15. Ayyy el Aniceto se parece a uno que conocí en la vida real y mira lo que es la vida, cambió de ciudad y a casi a sus 60 años se casó, salió el sol y tuvo unos gemelos, eso dicen....

    Excelente relato Arturo, mientras uno va leyendo se va dibujando la nítida imagen de ese tal... que lo ilustras tan bien.

    Abrazos amigo
    y feliz día de Reyes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Genesis:
      Espero que hayas pasado un magnífico día de Reyes.
      Esto que me cuentas es otra prueba de que la realidad supera a la ficción.
      Aunque parezca mentira, iba a escribirte acerca de cómo utilizar los títulos de Blogger, pues no salían en mis casillas de redireccionamiento. Busqué una dirección de mail tuyo y al no tener suerte, lo iba a hacea través de tu blog; pero, curiosamente, has solucionado ese problema solita y justo ahora.
      Si no fuese por mi escepticismo, diría que fue un caso de telepatía...
      Un gran abrazo, en este año que aun se despereza.

      Eliminar
    2. Querido Arturo
      ya que me hablas del título de blogger que no aparece en el mío, veo que sigue sin aparecer, si me lo dices y si consigo rehacer, te estaré agradecida. Te anticipo que de informática sé poco o nada, apenas algo y a veces, como se dice me ahogo en un vaso de agua....

      Si no encuentras mi correo, déjame aqui mismo si tienes alguna respuesta que regresaré a leerte.
      Gracias y abrazos
      y que tengas un lindo día.

      Eliminar
    3. Genessis:
      Salvo porque tu blog lleva las indicacionnes en italiano, el procedimiento sería así:
      Cuando escribres una nueva entrada, debes ubicar el título de la misma en el casillero preparado a tal fin.
      Este espacio se encuentra en el encabezado de la hoja de Blogger de una entrada nueva, luego del nombre de tu blog y dela palabra Estilo de la entrada (esto es, escrito en italiano) y antes del casillero "Actualizar". Le das el color y tipo de letra y listo.
      Haz la prueba, incluso en viejos post.
      Un gran abrazo.

      Eliminar
  16. jajajaja ¡Ves! dicen en España que "donde menos se espera, salta la liebre" y cuando menos te lo esperas, sale el sol.
    Me ha encantado Arturo. Los consejos del boticario me han hecho carcajearme.
    Besazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Dolega:
      Las desventuras de un antihéroe suelen resultar graciosas. Ayuda a ello que estos protagonistas no sean serios o ideales.
      Por suerte, el muchacho pudo superar esa etapa de sufrimientos, para ingresar en otra más sofisticada, más compleja y mucho más interesante.
      Lo del boticario es como el absurdo de ofrecerle un peine a Kojak...
      Besos.

      Eliminar
  17. ¡Cómo has retratado a Aniceto! Parece que lo estoy viendo con su carga de timidez y su inseguridad. Benditos amigos que siempre procuran aconsejarte lo mejor, aunque a veces se equivoquen. Al final, la vida es generosa y nos sirve en bandeja de plata lo que más deseamos.
    Que tengas un año lleno de salud y bienestar junto a tus seres queridos. Es lo que deseo para ti. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Antonia:
      Muchas gracias por tu saludo de Año Nuevo; yo también te quiero hacer llegar mi deseo para que todo lo mejor te acompañe en este año que ha iniciado.
      Muchachos similares a este personaje los podemos ver todos los días; son aquellas personas a las que normalmente se les dice que "son más cortos que mangas de chaleco".
      Algunos, como él, hallan esa luz que los salva del abismo, mientras que otros tantos quedan atrapados para siempre en el universo terrible de los tímidos.
      Te envío un gran abrazo.

      Eliminar
  18. ¡Qué buen relato, Arturo! Me ha encantado,. . . y ese personaje del Aniceto, llega al corazón, por lo menos a mí. Con mis mejores deseos de un Año mejor, te dejo un fraternal abrazo desde mis 5 Blogs.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Zunilda:
      Gracias por tus buenos deseos, que equiparan a mi esperanza en que este año sea, para ti, mejor que el que ya pasó y abunden en él la salud, el amor, la paz y la prosperidad.
      Aniceto tiene la ternura de los cándidos, lla misma de aquellos inocentes que confían en la gente, sin distinciones. Lástima que, al final, los desengaños lo guíen a tristes realidades.
      Como solo tengo un blog, te envío un abrazo fraternal grandote, grandote.

      Eliminar
  19. Muy bueno. He pasado un rato muy ameno, imaginándome a Aniceto. El Pobre!

    un abraxo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Marilyn:
      El pobre tuvo que transitar el amargo camino de la timidez y la inexperiencia, como muchos otros tantos.
      Un gran abrazo.

      Eliminar
  20. Me encantan las historias con final feliz y la tuya es particularmente bonita. Lo has pintado al pobrecito tan falto de recursos que, francamente, temía lo peor y me lo veía encadenado de por vida a la soledad.

    Besos

    P.D.

    1) Muchas gracias por estar siempre ahí aun cuando yo no pueda corresponder.
    2) Para "vengarme" por este alarde de palabras argentinas, algunas de las cuales he comprendido sólo gracias a mi intuición femenina, pienso escribir próximamente algo en "panocho" (dialecto de mi región) y te haré sufrir leyéndolo (es broma, jaja, pero igual sí lo escribo).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. María:
      El final feliz que tuvo esta historia deja una esperanza para todos los tímidos.
      Por supuesto, el cuento es porteño; posee una serie de giros idiomáticos y sobreentendidos que lo hacen ver local. Por caso, los apodos: el pollo, mote con el que le llamaban a Aniceto es una grosería asquerosa, pues refiere al salivazo; salame es una manera de decirle tonto -o imbécil- a una persona, cabarute es un cabaret y copera es la mujer que trabaja en esos antros y estafa a inocentes con los brindis de té frío, a precio de un simulado whisky escocés legítimo. Cachirulo es un auto barato y antiguo, o de bajo valor.
      Que conste que aquellos vocablos locales utilizados fueron los mínimos necesarios para darle una ambientación de suburbio; por otra parte, se podría decir que son anacrónicos y alejados de la jerga actual; la que -además- varía vertiginosamente...
      Si empleases tu dialecto de origen en un texto, quizá logres que un camino literario nuevo se agregue a tu obra. Siempre es bueno experimentar, ¿no crees?
      Besos.

      Eliminar
  21. Arturo, me he atrancado a veces en la lectura de los diálogos, pero he conseguido desmembrar todas las palabras y sólo puedo decirte que la búsqueda de Aniceto a través de los sabios consejos de sus conocidos y amigos es afortunada, en cuanto que gracias a ellos : consigue entrar en el almacén y conocer a Clarita.

    El personaje es tierno y muy bien retratado. ¡Buen relato Arturo!.

    Un abrazo desde mis palabras.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Laura:
      Muchas gracias por tu comentario, es muy generoso.
      Sin dudas que el texto posee modismos, que resultan estrictamente necesarios para darle ese color local que merecía la historia. Poner en boca de muchachos de barrio un léxico pulido hubiera sido incongruente.
      Por otro lado, el relator debe ser de ese mismo ambiente, para no desentonar y poder conocer la historia, por ejemplo: entre esa gente nadie dice "morirse" de risa o "tentarse" de risa, aunque signifiquen lo mismo que la frase que está puesta. Pibe, proviene del dialecto genovés pive (o su diminutivo pivelle), que significa muchachito, aunque en el lunfardo rioplatense se extiende a todo varón, desde niño hasta la madurez.
      El destino se nutre de aciertos y de errores; en el caso de Aniceto, lo esperaba en la sonrisa de esa muchacha...
      Un gran abrazo desde la "Reina del Plata" (Buenos Aires).

      Eliminar

Me interesa conocer tu opinión respecto a lo que has leído: