miércoles, 18 de julio de 2012

El chismoso


Años atrás, era costumbre generalizada que, en los barrios, las mujeres ocuparan su tiempo libre en chismeríos, menudencias de las pequeñas comunidades, para combatir el ocio; lo que no resultaba tan común es que hubiera un hombre que se dedicase a tales menesteres.
El chismoso al que me refiero era Agustín Campolíbero; un hombre que trabajaba en los talleres del Ferrocarril Oeste, situados en cercanías a la estación Liniers.
Este personaje, de bigote espeso y entrecano, nariz arrepollada, petiso y barrigón, no se perdía pelea ni discusión que aconteciera en el barrio. Él conocía siempre cuáles habían sido las razones para tales disputas.
Se caracterizaba por ser un hombre de oído fino y de boca aguda.
Vestido con ropas humildes y calzado con unos botines eternamente negros (aunque sin atisbos de lustre), utilizaba la gorra del uniforme del ferrocarril todo el año, por lo que no se podía saber si era calvo o no.
Por supuesto, en el taller donde trabajaba, le iba con cuentos al capataz, que no siempre eran ciertos; pero, que siempre le beneficiaban.
En el barrio, en tanto, como resultado de sus correrías más de una señora recibió una soberana paliza por cuestiones infundadas. Lo que aumentaba su impopularidad entre esas señoras tan comedidas.
Frecuentaba el bar del  barrio, donde se reunían los vecinos a jugar a la generala, al dominó o a las barajas y -por qué no- tomarse unas copitas. Él solo tomaba un café corto, pues iba para ver si alguno perdía su jornal, o si se emborrachaba. Con eso solo, ya tenía tema para desparramar a los cuatro vientos.
Las mujeres lo odiaban, pues era un meterete que las superaba en el campo de la investigación y en lo interesante de las historias; por ello, siempre le prestaban el oído a sus chismes.
Él fue quien lo pescó "in fraganti" a Jacinto Portulaca, un muchachito de modales finos y amanerados. Como resultado, el pobre muchacho debió abandonar el barrio, ante las chanzas nada sutiles y miradas burlonas de todos los vecinos.
Agustín, por su condición masculina, podía deambular por los alrededores del barrio a cualquier hora; tal tarea le demandaba mucho tiempo, el necesario hasta hallar algo interesante. Y era así que solía encontrar a las señoritas (o señoras) muy bien, a los atracones de besos, en oscuros zaguanes, junto a jóvenes desconocidos, provenientes de otros barrios porteños, o hasta algún vecino de declarada seriedad y decencia.
Siempre andaba merodeando por todos lados, a tiempo completo, no se le escapaba nada. Esta actividad lo mantenía alejado de su casa, para fortuna de su esposa y del pati' lana.
Ese fue el secreto mejor guardado en el barrio, por siempre.
          

38 comentarios:

  1. Como dijera Landriscina: los que tenemos antenitas somos los últimos en enterarnos :)

    Linda historia, Humberto. Bien de barrio y diría que no tan de antes. Siempre está el que abre la boca de más, aunque no sea de profesión, como lo fue el Agustín ese.

    ¡Abrazo!

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    1. Sergio:
      El pobre Agustín era demasiado curioso para saber todo, pero no estaba demasiado atento a lo más importante: lo que le atañía a él. Es como ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.
      Hasta donde me consta, el chismerío aun goza de buena salud en los poblados chicos del interior del país, lugares donde se conocen todos entre sí y por tal razón hay material abundante para esa actividad malsana. Los barrios porteños ya no son lo que eran; loa vecinos casi ni se conocen y salvo casos especiales, ni se saludan entre ellos...
      Por otro lado, me bautizaste de nuevo. Seguro te confundiste con el nombre de otro bloguista.
      Abrazos.

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    2. jaja mil perdones, ARTURO.

      Pero es grave el caso. Eso pasa por tener apenas dos neuronas, una de las cuales necesita un urgente cambio de aceite.

      Un abrazo :)

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    3. Sergio:
      Nos pasa a menudo que queremos decir una palabra y sale otra; en especial con los nombres propios. En esas oportunidades, nos parecemos a uno de esos procesadores de texto, que completan la palabra mientras la escribimos con una completamente diferente a la que deseamos escribir.
      Un abrazo.

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  2. buenisimo , me encantò...ARTURO,este tipo de chusmas abundan en todas la èpocas,sabès? mi papà trabajò en el ferrocarril MITRE ,y recuerdo cuando contaba historias como esta.
    Pobre AGUSTÌN por andar chusmeando por ahì se olvidò de atender a su esposa...y sucede despuès que viene el pata de lana...

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    1. Meryross:
      Es una conducta propia de los círculos cerrados de gente, que se potencia al llegar a un barrio, o pueblo chico.
      Luego, al crecer ese grupo original y transformarse en una ciudad, comienzan a desconocerse los habitantes y con ello, el interés por lo que le sucede a cada uno decae hasta desaparecer.
      Es un error pensar que ya no existe porque vivamos en una gran ciudad, tal actitud se mantendrá dentro de los grupos de amigos o compañeros circunstanciales.
      Un beso.

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  3. Arturo
    El tal Agustín al que describiste maravillosamente me hizo recordar a un tal Florencio de mi barrio, que reunía las mismas cualidades para contar y difundir lo que "había cosechado" en sus andanzas por el barrio, encima agregaba que las mismas señoritas, señoras y señores les habían dicho así...

    Un gusto leerte buen relator!
    Beso de jueves

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    1. Genessis:
      El personaje en cuestión de mi relato nunca existió; pero, había otro parecido, también trabajaba en uno de mis destinos en el interior del país. Era uno que siempre comentaba anécdotas sabrosas sobre tal o cual persona de la localidad. Aun me acuerdo, con mucha gracia, de aquella vez en que comenzó a enumerar a los "blandos" (eufemismo para marica), a la mayoría de los candidatos, yo ni los conocía...
      Un beso.

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  4. Bueno, el chismerio es un deporte que sigue vigente jaja te lo digo yo que trabajo en un hospital, donde los rumores se extienden a velocidad vertiginosa.
    En fin, como tú mismo has explicado hay sujetos que ven la paja en el ojo ajeno y no ven la viga en el suyo. Una profesión triste esa de extender rumores fidedignos o ficticios, porque estos cotillas redomados son siempre temidos y repudiados al final.
    muy buena entrada Arturo, cosa a la que ya nos tienes más que acostumbrados y esto no es un rumor, es un hecho. Un abrazo sincero.

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    1. Ángela:
      En ciertos lugares -me consta- de lo vertiginoso del chismerío. Un compañero de trabajo se había comprado un Fiat 600, un automóvil diminuto. Sucede que a la medianoche de un día invernal, con temperaturas bajo cero, levantó a una joven "amiga" en su vehículo, en medio de una avenida desolada. Incluso miró para todos lados, para asegurarse que nadie lo viese, pues era casado con hijos.
      A las siete de la mañana, al llegar al taller, TODOS los compañeros ya sabían de su desliz y -entre risas- le gastaban bromas. Él no lo podía creer...
      Un gran abrazo.

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  5. La mente del chismoso es así, metido en vidas ajenas no ve lo evidente en la propia. Es una cuestión de perspectivas. Un dicho que quizás ya no es tan usual: es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que una viga en el propio.

    A propósito de los relatos costumbristas, yo también he leído a Wimpi. Ese ejemplar está en las bibliotecas de la casa paterna. Debería rescatarlo...
    Saludos van, Arturo

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    1. Sandra:
      Lo que en un inicio comenzó como una simple manera de estar informado de las pormenores de una comunidad, con el paso del tiempo devino en una costumbre malsana. No es lo mismo que te informen que, la hija de una vecina ya se recibió en la universidad y con notas sobresalientes; a decir que, la hija de otra vecina es una drogadicta y atorranta.
      Respecto a Wimpi, la colección de cuadernillos data de la década del setenta (Editorial Freeland) y se los puede llegar a conseguir en las ferias de usados de las plazas. Pese al paso del tiempo y las expresiones idiomáticas de época, su lectura es amena, tierna y esclarecedora.
      Un gran abrazo.

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  6. ¡Ay! el chismoso,creo que es comportamiento social que pasa de padres madres a hijos hijas, y nunca se podrá erradicar ,pues ellos saben que si no lo practican se terminaría el noticiero llamado radio macuto,por lo que ellos se quedarían sin noticias relevantes.

    Saludos

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    1. José:
      En las oficinas de la Argentina se escucha "Radio Pasillo". Una emisora que va de boca en boca, con las últimas novedades de la compañía. Los que más saben de esos rumores son siempre los mismos: aquellos que hacen corrillos a toda hora, para charlar sobre estos temas (las más de las veces no pasan de ser simples especulaciones sobre tal o cual cuestión).
      Y el mundo sigue su curso, imperturbable.
      Casi siempre -por no decir siempre- yo estoy completamente al margen de tales elucubraciones; lo que hace que, cuando sucede algo, me gane el: ¿cómo, vos no lo sabías?
      Un abrazo.

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  7. Pues... al más chismoso se le escapa lo que más le debería importar.
    Abrazos, Arturo

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    1. Alicia:
      De eso se trata la historia, describir una conducta, en este caso el chismerío, que nos absorbe por completo y nos distrae de lo que debería ser lo más importante.
      Muy acertado tu comentario.
      Te envío un abrazo sincero, en el día del amigo.

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  8. Jajajajajajaa. Humor inteligente y final sorprendente. Me gusta, me gusta mucho, jajajajajaja.

    Ay los chismes, cuanto daño han hecho y seguirán haciendo.
    Un abrazote

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    1. Marina:
      Pues si te ha hecho reír sanamente, el cuento ya se justificó.
      No es una historia demasiado elaborada, solo me llevó -como mucho- una hora de elaboración y corrección. De ahí que sea tan corto y pobre de situaciones (quizás lo trabaje un poco más).
      Recuerdo que, mientras cursaba segundo grado, la maestra trajo a su pequeño hijo a clase.
      La presencia del pequeño me puso celoso, lo admito, pues yo sentía gran afecto por su madre y además, los demás chicos lo alababan (a mi entender sin sentido alguno); entonces hablé, ante mis pequeños compañeros, acerca de él en un tono despectivo.
      Uno de entre mis oyentes me dijo que le iba a avisar a la maestra acerca de mis dichos y eso hizo. La maestra me llamó y me preguntó porqué decía esas cosas si el niño no me había hecho nada. Lo hizo en un tono dulce y apaciguador (seguramente se dio cuenta de mis motivos), pero a mi me causó mucha vergüenza.
      Ese niño -de apellido italiano, que me cuesta recordar- no era precisamente de los más inteligentes del curso. Ya se notaba en él una conducta maliciosa, aprendida a esa temprana edad: congraciarse con la autoridad a través de la denuncia de sus pares.
      Las miserias humanas se notan a poco de vivir...
      Te envío un sincero abrazo en este día del amigo, Marina.

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  9. La chismografía es uno de los oficios más antiguos. Generalmente, desempeñado por mujeres, pero cuando lo es por un hombre debe ser terrible, como lo fue con Agustin. Hay quienes dicen que no les gusta el chisme pero que les entretiene. Mucha gente esta aburrida o decepcionada de la vida y se dedica a este oficio. Muy bueno, como siempre!

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    1. Marilyn:
      En contrario a lo que es creencia generalizada y que señala al chisme como cosa de mujeres, puedo decir que no es válida tal aseveración.
      A mi modo de ver las cosas, el chisme es más bien una cuestión personal, determinada por la ubicación social del individuo y su frustración individual.
      El chisme siempre esconde un acto de malicia, de desprestigio hacia quien es la víctima; es utilizado como una manera de dismuir la calidad su persona, en un falso ejercicio de equiparación con las cualidades, éticas y morales, intrínsecas en el chismoso.
      Vaya para tí un abrazo en el día del amigo.

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  10. Hay amigos eternos, amigos que son de piel y otros que son de fierro.
    Hay amigos del tiempo, de la escuela, del trabajo. Amigos que se aprenden, amigos que se eligen, y amigos que se adoptan.
    Hay amigos del alma, del corazón, de la sangre.
    Hay amigos de vidas pasadas, amigos para toda la vida.
    Hay amigos que son más que amigos.
    Hay amigos que son hermanos, otros que son padres; también hay amigos que son hijos.
    Hay amigos que están en las buenas, otros que están en las malas, hay amigos que están siempre.
    Amigos que se ven, otros que se tocan, otros que se escriben.
    Por supuesto que hay amigos que se van, que nos dejan; hay amigos que vuelven y otros que se quedan.
    Hay amigos inmortales, amigos de la distancia.
    Hay amigos que se extrañan, que se lloran, que se piensan. Amigos que se desean, que se abrazan, que se miran.
    Hay amigos de noche, de siestas, de madrugadas.
    Hay amigos hombres, amigos mujeres, amigos perros.
    Hay amigos que deliran, otros que son poetas.
    Hay de los que dicen todo, amigos que no hacen falta decirlos. Amigos nuevos, viejos, viejos amigos.
    Hay amigos sin edad, amigos gordos, flacos.
    Hay amigos que no nos llaman, que tampoco llamamos.
    Con poco tiempo, amigos desde hace una hora, desde recién.
    Hay amigos que dejamos ir, otros que no pueden venir, amigos que están lejos, amigos del barrio.
    Amigos de la palabra, amigos incondicionales.
    Hay también amigos invisibles, amigos sin lugar, amigos de la calle.
    Amigos míos, amigos tuyos, amigos nuestros.
    Hay muchos amigos; amigos en común, amigos del teatro, de la música, amigos de verdad.
    Hay amigos que están tristes, otros que están alegres, otros que simplemente no están.
    Hay amigos que se la pasan en la luna, otros en el campo, y otros en el cielo.
    Todos, absolutamente todos los amigos tienen algo en común:
    SON INDISPENSABLES
    FELIZ DIA AMIGO

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    1. Meryross:
      Ante tan completa enumeración de tipos de amigo, espero hallarme comprendido en -al menos- una de tales clasificaciones.
      Por de pronto, te considero entre mis amistades. Y digo tales palabras pues -según mi impresión personal- entre otras virtudes, sos una idealista, una mente sana, una sentimental, una entusiasta, una creativa y lo más importante: sos demasiado generosa en tus expresiones hacia mis escritos (y aunque exageres en ese punto, no puedo negar que me siento halagado).
      Por todo ello y seguramente mucho más, te envío un gran abrazo en este día del amigo.

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    2. ARTURO que ternura...me halaga un montòn todo lo que me dices , me siento re mimada. Tambièn percibo de vos grandes valores y principios de vida , sos un intelectual increible , una màquina de contar historias .
      QUE DIOS TE PROTEJA EN LA PALMA DE SUS MANOS!
      BUENA VIDA PARA VOS!

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    3. Meryross:
      Muchísimas gracias por tus deseos.
      Si lees con detenimiento la frase que define mi perfil, hallarás la clave de mi manera de ser, acorde a una decisión tomada para la ocasión.
      Te mando un beso, para tu frente.

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  11. ¡Muy buena historia, con un final genial (y merecido)! No me gustan l@s chismos@s... pero que l@s hay, l@s hay por todas partes
    Un abrazo grande Arturo!

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    1. Corina:
      Muchas gracias por tus generosas palabras; me da mucho gusto que te hayas entretenido con esta historia, con un final ejemplificador.
      Por supuesto que a los chismosos los tengo en la galería de indeseables.
      Yo también te envío un gran abrazo; que se potencia, al ser hoy el día del amigo.

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  12. Siguiendo las huellas dejadas por ti en el blog de Genessis,donde compartimos sus textos, llego a tu casa de letras, donde siento que hay mucho y bueno que leer.
    Con tu permiso pasare a leer tus letras a menudo.
    Un saludo.

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    1. Jorge:
      Eres bienvenido a este lugar, al igual que todo aquel que se asome a leer mis textos modestos.
      Solo trato de editar textos entretenidos, con preferencia, aquellos con algo de humor y que nos hagan reflexionar juntos.
      Un cordial saludo.

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  13. Arturo, te deje un comentario en tu entrada "El frutilla", pero no lo vi luego.
    Me gusto el relato de prolijin, es muy bueno y ciertamente muy neurotico, jaja.
    Leere este en cuanto tenga un tiempo ya que ahora estoy trabajando.
    No tengo tildes sorry. Besos.

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    1. Paula:
      El comentario que mencionas sí salió publicado. Lo podrás confirmar al ver esa entrada.
      Cuando leas esta respuesta, recibirás mi saludo por el día del amigo, ya que te considero una de mis amistades virtuales.
      Un beso, mi amiga.

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  14. Amigo después de todo lo que te han dicho no queda nada nada para decir. Te dejo un gran abrazo y espero que festejemos muchos días del amigo.
    Gracias por estar.

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    1. Luis:
      Sos un tipazo y es un placer contarte entre mis amistades que, aunque sea virtual en la presencia física, no lo es en el cuore.
      Varias veces se me pasó por el bocho la imposible idea de escaparme hasta Rosario, para charlar y vernos las caras, pero por ahora es más un deseo que una probabilidad.
      He ido hasta San Jerónimo Sud más de una vez en el pasado y pernoctado en Rosario, otras tantas veces; pero, ahora no puedo movilizarme.
      De todos modos, te mando un abrazo enorme.

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  15. GUAUUU que lindo serìa cumplir ese deseo de vernos y conocernos,ROSARIO cada dia esta mas bella....pero si no puedes venir estarìa buenisimo que alguna vez que valla a "BAIRES CITY" NOS ENCONTREMOS...
    BESITOS

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    1. Meryross:
      La primera vez que estuve en Rosario fue por cuestiones futbolísticas, mi equipo visitaba a "los leprosos" y eran tiempos en que las hinchadas de los clubes eran amigas y compartían asados. Por lo que no había riesgo alguno; creo que sería durante 1978, más o menos.
      La última visita fue el año pasado, en oportunidad de dar un curso, en las instalaciones de la empresa donde trabajo, en San Jerónimo.
      Me agrada la costanera y las peatonales. Precisamente en la peatonal compré el libro "Autopista", una antología de escritores rosarinos y cordobeses, que se unen como la autovía que se inauguraba. Y compré chocolates exquisitos cerca de la librería (era antes de Semana Santa).
      Veremos si algún día, en Buenos Aires...
      Un beso.

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  16. Suele ocurrir. El que anda pendiente de los demás, desatiende lo suyo.
    Besazo

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    1. Dolega:
      Imagina la risa de todo el barrio cada vez que él venía con un nuevo chisme...
      Ya los veo: mientras él les cuenta la novedad, los otros hacen señas y morisquetas a sus espaldas, que cuernitos, que muecas, alguno que -tentado por la risa- se aleja secándose las lágrimas de tanto reír, etcétera.
      En fin, todo un espectáculo gratis.
      Besos y un buen retorno a casa para ambos.

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  17. Precioso relato de un personaje que daría para mucho más. Me encanta su figura, y nunca había escuchado su apellido. Daría para una novela, seguro.

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    1. Ajovin Puente Mateo:
      Antes que nada, quiero darte la bienvenida y agradecer tu comentario.
      El apellido Campolíbero es invento mío; refiere en modo de chiste a su situación conyugal. Había dejado el campo libre a las aventuras de su esposa. Suelo divertirme con los nombres y apellidos que le doy a los personajes: el cleptómano es Manotto (por manotazo), Travalho (suena como travesti) habla de su metamorfósis, Fasholetto (por fashion, a la moda) para un insoportable de pantalones ajustados, a Caimano lo explico por la oposición en el cuento mismo, etcétera.
      No se si el tema da para una novela, pero para una comedia televisiva (visto lo que hay hoy) sería más que potable.
      Un gran abrazo.

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